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REAL ZARAGOZA

El Zaragoza-Eibar batió un récord de pérdida de tiempo

El partido de este lunes por la noche en La Romareda estuvo detenido hasta en 31 minutos, que no compensaron los 16, ocho por periodo, que se dieron de añadido.

Zaragoza
Trujillo Suárez observa una jugada en el monitor del VAR.
Alfonso Reyes

El Zaragoza de Carcedo no pudo ni contra un Eibar con nueve futbolistas, pero el partido del pasado lunes por la noche en La Romareda también será recordado por el calamitoso arbitraje de Trujillo Suárez, que anuló un gol a Bermejo por un leve toque previo con la mano en la cara de Arbilla, y porque el juego estuvo detenido nada menos que 31 minutos, todo un récord de pérdida de tiempo que no compensaron los 16 minutos, ocho por parte, que se dieron de añadido.

Trujillo Suárez elevó desde el principio el listón de los contactos, lo que redundó en un aumento de las faltas señaladas y en los consiguientes parones para lanzarlas. Pero todo se desbordó en el minuto 39 con el manotazo en el cuello de Venancio a Vada en un forcejeo, antes del saque de una falta, que acabó con la expulsión con roja directa del central portugués, después de que el árbitro acudiera a ver la repetición de la acción al monitor del VAR por la presión de La Romareda. Se perdieron más de seis minutos entre discusiones y la revisión del colegiado, un verdadero parón, lo que provocó un añadido de ocho minutos en la primera parte, que sólo compensó en parte el tiempo que se perdió en este periodo.

En la segunda parte se repitió el guión, agravado por las continuas faltas y las diez tarjetas amarillas en total y especialmente por la expulsión en el minuto 77 de Javi Muñoz, también con roja directa, por una dura entrada sobre Fuentes.

A Carcedo le faltó valentía y el Zaragoza no supo ni amenazar a un rival con dos menos, pero entre el árbitro y el Eibar se esforzaron por quitarle ritmo al partido.