El mal estado del césped de Butarque es culpa de un parásito
El Leganés recurre a los informes de sus ingenieros agrónomos para explicar la causa del lamentable estado del terreno de juego. El club niega que se deba a eventos extradeportivos.
El estado del césped de Butarque ha levantado un cisma en el Leganés tan grande como el tamaño de los muchos tapetes de verde que se arrancaron durante la disputa del duelo ante el Granada. El choque estuvo muy condicionado por la mala condición del terreno de juego, irreconocible por su decrepitud, inestabilidad e irregularidad. “Hoy hemos jugado prácticamente en la playa”, llegó a describir Imanol Idiakez tras el duelo.
El entrenador se mostró especialmente crítico con la condición del campo, llamativamente desgastado pese a su habitual buen aspecto. Los ingenieros que se ocupan de su mantenimiento culpan a un parásito, los “nematodos fitoparásitos” como responsables y niegan que sean las actividades extradeportivas que organiza el club en Butarque como el origen de este problema que pudo tener nefastas consecuencias deportivas.
Botes con riesgo de empate
Porque en la segunda parte, un mal bote de la pelota estuvo a punto de dejar vendido a Jorge Sáenz, central pepinero, y permitir un remate limpio al rival. El tino del zaguero pudo evitar a tiempo el dislate. No fue la única consecuencia del estado del césped, que incluso se pudo cobrar alguna lesión. “Muscularmente afecta”, argumentó Idiakez en sala de prensa.
“Quiero felicitar a mis jugadores y a los del Granada también porque hoy tenía mérito estar de pie en el campo en el que hemos jugado (…) En escenarios como éste la superioridad [el Granada jugó con 10 desde el minuto 3] no se nota. El balón da botes para donde quiere, te cuesta controlarlo, no puedes llevarlo a donde quieres… Mucho mérito”, insistió el técnico.
Un parásito en las raíces
En el Leganés eran conscientes de este problema desde hace ya semanas y en consecuencia habían empezado un tratamiento que, visto lo visto ante el Granada, no ha sido todo lo eficaz que se esperaba. Fuentes del club afirman que una reciente analítica más profunda que los habituales controles del césped detectaron la presente de una “población alta en suelo de nematodos fitoparásitos”, afirma desde las oficinas.
Se tratan de unos gusanos de 0,1 a 3 milímetros “que succionan los nutrientes de las raíces y de las células de las plantas a través de perforaciones”, añaden en el Leganés citando los análisis realizados por Royalverd, la empresa que desde 2017 se ocupa del mantenimiento del césped y que, desde entonces, lo había dejado casi siempre como una alfombra. Su entrada en el club puso fin a años de malas condiciones del campo.
Esas perforaciones provocan que el césped no agarre y, en consecuencia, se levante. Los expertos deslizan que todo suelo tiene una cantidad baja de estos parásitos, pero han sido las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias la que ha disparado su población hasta provocar este deterioro.
El club añade que se está trabajando con todos los medios posibles para remediarlo y que la situación no es irreversible, esto es, que esperan que las técnicas que se están aplicando (entre ellas, la gran cantidad de arena que saltaba ayer del césped) unidas a factores ambientales (más fríos) ayude a reducir esta suerte de plaga y el campo vaya a mejor.
Partidos y rodajes de anuncios
Con esta explicación técnica el club pretende demostrar que recientes eventos celebrados sobre el verde no han incidido en este problema, ni lo han agravado. La disputa de un torneo triangular auspiciado por una academia de fútbol de Arabia Saudí está en el punto de mira.
Aunque ya las imágenes que se ven de este evento, jugado después del partido ante la Ponferradina (penúltimo disputado en Butarque) muestran como el tapete se levantaba con frecuencia. Precisamente en el partido ante la Ponfe ya el terreno de juego no estaba en sus mejores condiciones. También se ha filtrado que un rodaje publicitario en Butarque habría podido causar estragos, pero en el club lo niegan y añaden que el anuncio se grabó fuera de la zona del terreno de juego.