El Leganés se sintió perjudicado en el caótico arbitraje de El Molinón
Trujillo Suárez tuvo un día malo con errores para ambos conjuntos. El Leganés reclama en su contra un penalti no señalado (ni revisado) y la roja a Idiakez.
El Leganés se sintió perjudicado por el arbitraje caótico (especialmente en la primera parte) de Trujillo Suárez y Ocón Arráiz (VAR) en el empate a dos con el que saldó ayer su visita a El Molinón. Dentro de que hubo errores que lastraron a ambos bandos, los pepineros consideran que a ellos les tocó la peor parte después de ver cómo el VAR no pidió revisar un penalti sobre Sergio González en la primera parte y cómo Imanol Idiakez era expulsado por confundir las indicaciones que le estaba dando a Pardo con un menosprecio al colegiado principal.
“Cuando han marcado el segundo el Sporting, le he dicho a Rubén Pardo [haciendo el gesto de continuar], que siguieran, que no se vinieran abajo. Y ha venido y me ha expulsado”, explicó Idiakez a propósito de la roja. Trujillo Suárez (quizá su cuarto árbitro, Sánchez Sánchez, del Comité Extremeño) confundió ese movimiento giratorio del dedo índice como una indicación a él mismo. Como si Idiakez le estuviera animando a seguir perjudicando al Leganés.
Lío con los goles asturianos
Lo cierto es que los dos goles del Sporting estuvieron marcados por el VAR. El primero, para corregir un error de Trujillo Suárez y uno de sus asistentes, que vieron mano de Campuzano allí donde sólo hubo pecho. El caso es que en el acierto de la tecnología hubo algo de agravio hacia Leganés. Unos minutos antes un claro agarrón a Sergio dentro del área no fue ni pitado por Trujillo ni señalado por Ocón. Aquí radica parte del malestar pepinero.
El 2-1 del Sporting fue fruto de una jugada anómala, unas manos punibles como penalti de Rubén Pardo (nadie del Sporting protestó la acción) que necesitaron de varios minutos para revisarse y que obligaron a parar una jugada ajena al córner en el que se produjo. Con todo y con eso, en el Leganés no niegan el penalti, pero sí la roja a Idiakez por un error de interpretación de los colegiados.
“No creo que los entrenadores, que ya es difícil nuestro trabajo, se nos pueda quitar por un error de este nivel. En ningún momento he faltado el respeto o me he dirigido al árbitro”, insistió un educadamente molesto Idiakez en sala de prensa por su roja directa, esa que también agitó el estado de ánimo de un Leganés que, pese a tanto tropiezo, supo aguantar el tipo e igualar el partido en la segunda mitad. En esa segunda parte de mayor calma arbitral, el Leganés recibió compensación después de que Trujillo Suárez le perdonara la segunda amarilla a Nyom, lo que confirmó que el arbitraje del canario fue de suspenso. En el VAR, Ocón Arráiz bordeó la línea del aprobado raspado tras ésta y la jugada del penalti no señalado a Sergio.
Memoria arbitral
El caso es que ésta es la primera ocasión de la temporada en la que el Leganés sale realmente indignado de un arbitraje después de una temporada en la que incluso la moneda ha caído alguna vez a su favor, como sucedió con el gol anulado al Cartagena en el triunfo (1-2) que inauguró la buena racha blanquiazul. También le salió bien la roja a Correa del Eibar en el triunfo por 2-1. En el lado de las decisiones controvertidas que le perjudicaron, la expulsión a Fede Vico ante la Ponferradina, ésa que le atribuyó a una patada que jamás existió. El recurso le retiró la sanción al cordobés.
Ésta no es la primera vez que el Leganés se topa con arbitrajes polémicos de Trujillo Suárez u Ocón Arráiz. El primero ya le señaló un penalti dudoso en Ibiza la pasada temporada por manos que revisó en el VAR previa reclamación de Arcediano Monescillo, entonces en la sala VOR. Ocón Arraiz fue el causante de que, también la temporada pasada, el Leganés estallase en Twitter contra el arbitraje en su visita a Santo Domingo, en Alcorcón, cuando le señalaron un penalti más que dudoso a Doukouré y mandaron al limbo otro de Gaku.