El equipo de las oportunidades perdidas

El Espanyol, este viernes, perdió otra gran oportunidad en Oviedo. Una oportunidad de asentar el ‘efecto Ramis’, de encadenar tres victorias seguidas y de mantener otra vez la portería a cero. También, evidentemente, de dar un paso más hacia el ascenso: los tres rivales que están por encima en la clasificación (Leganés, Sporting y Valladolid) perdieron sus compromisos ligueros. Una jornada que hubiese sido propicia en caso de ganar y que ha sido benévola en la derrota. Pero el Espanyol, una vez más, ha dejado escapar una oportunidad.

Una tónica que se repite con el club desde hace ya bastante tiempo. Siempre que el Espanyol tiene la oportunidad de dar un paso hacia delante, tropieza. Como en Oviedo, donde una victoria hubiese sido tan importante en lo moral como en lo deportivo. Es cierto que el equipo ya consiguió ganar tres partidos consecutivos esta temporada (de hecho cuatro entre la jornada dos y la cinco) pero asentarse en buenas dinámicas le cuesta mucho. A excepción del inicio de temporada, con Luis en el banquillo, el Espanyol no ganaba tres partidos seguidos desde la etapa de Vicente Moreno en el banquillo, en la 2020-21, con el equipo en Segunda. Lo mismo pasa con los goles en contra, el verdadero talón de Aquiles del club en los últimos años.

Cerrar la portería ha sido un problema para los blanquiazules desde que recuperaron la categoría en la primavera de 2021. Cierto es que en el año del retorno a Primera mantuvieron unas cifras aceptables (53 goles en contra) muy en la línea del resto de equipos que acabaron en la parte media-baja de la tabla. La temporada pasada, la del descenso, el drama en la defensa y la portería fue probablemente la principal causa de la pérdida de categoría. Encajaron 69 goles, siendo el equipo con peor registro de toda Primera. Este curso, aunque no es tan dramático, los números no son especialmente buenos. 19 goles en contra en 18 partidos, nueve más que el líder, el Leganés, o cinco más que el Sporting, el segundo clasificado ahora mismo. Cabe decir sin embargo que mejoran los registros de Valladolid (20) o Eibar (22) dos equipos metidos también en la lucha por el ascenso. El problema de los pericos es que no consiguen ser consistentes en el tiempo, encadenar tres partidos con la portería a cero y dar un salto en la clasificación. Ese es uno de los retos de Ramis, que tiene detectado que es uno de los grandes problemas del equipo. No pueden tener “dos versiones”, porque la mala penaliza mucho.

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