El día que el Racing conoció la personalidad de un joven Álvaro Cervera
El entrenador del Tenerife fue canterano del Racing, jugó 87 partidos y llegó a ser su último entrenador en Primera. Cuando tenía 15 años les rechazó, había dado su palabra al Perines.


Nos remontamos al año 1980. El protagonista de esta historia es un niño de 15 años que había nacido en la provincia de Fernando Poo (Guinea Ecuatorial) por el trabajo portuario de su padre, Ramón, y que llega el momento de que en su casa, su padres, deciden que emprenda un viaje desde Tenerife (donde lleva desde que le salieron los dientes) hasta Santander para vivir con su abuela materna en el barrio de Castilla-Hermida y tratar así de mejorar en los estudios.
El joven, que cuenta ya con una prometedora carrera como yudoca, siendo cinturón marrón (uno de los más altos de la escala), también despuntaba jugando al fútbol en las islas. Empezó en el Alegría y de ahí logró dar el salto a la cantera del club donde, por cierto, ahora es el entrenador de su primer equipo. El caso es que este chico, zurdito muy fino, era muy inquieto y al poco de llegar decidió apuntarse al gimnasio de Luis Carral, preparador físico del Racing con Maguregui, que estaba encima del ya cerrado ‘Club 700′, en El Sardinero.
Uno de esos días de entrenamientos, un grupo de los allí congregados, ya hartos de entrenar en el gimnasio, decidieron que era mejor idea bajar a la playa a jugar una ‘pachanga’ con un balón de voleibol. Y ahí, el jovencito guineano que venía de Tenerife se salió. Al verlo jugar de aquella forma, uno de los allí presentes, Santiago Carriles, llamó al presidente del Atlético Perines, José Rodríguez, pidiéndole (y casi exigiéndole) urgentemente que preparara una ficha para abordar su fichaje. El histórico equipo verdiblanco en el que antes había militado Quique Setién, icono del racinguismo, llega también hoy en día hasta juveniles y en plena pretemporada en Loredo, donde a José Luis Solana “Boli” le gustaba llevar una semana a sus chavales, le hicieron la prueba. Les bastó casi con verlo en una pista polideportiva de hormigón. ¡Hasta se tiraba de chilena!

La historia de ese joven que acababa de fichar el Perines llegó a oídos de Santi Gutiérrez Calle, director de la cantera del Racing. Fue a través de su íntimo amigo Antonio Carriazo, que fue alertado de la existencia de este jugador por uno de sus pupilos, otro Santi, de apellido Elizondo. Siendo Gutiérrez Calle conocedor de la situación, descolgó el teléfono y entre su amplia red de contactos pidió referencias del ‘chaval’.
En Canarias le dieron el visto bueno, por lo que concertaron una cita con el joven. El lugar elegido fue el extinto Café Lisboa, en los bajos del Casino de Santander, y allí trataron de convencerlo, pero el niño los rechazó. “Ya le he dado mi palabra al Perines y estoy decidido, si me seguís queriendo cuando acabe en el Perines, iré encantado”, dijo. Ese niño se llamaba Álvaro Cervera, llegó a jugar 87 partidos con el primer equipo del Racing y a entrenarlo en Primera División. Ahora entrena al Tenerife y el domingo volverán a verlo, con alguna que otra cana más, pero la misma personalidad.
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