El Deportivo continúa vaciándose de identidad
Lucas Pérez sale por la puerta de atrás como antes hicieron Fran, Bergantiños, Mackay o De la Barrera. Todos en un espacio de año y medio.

El Deportivo se ha acostumbrado a vivir abonado al drama. Por ello, en el momento más boyante de la última década a nivel económico y el más estable a nivel deportivo desde hace un lustro, la entidad herculina se empeña en ponerse palos en las ruedas para torpedear lo que deberían ser días tranquilos. El último golpe ha sido la salida de Lucas Pérez, que se suma además a otras recientes de símbolos deportivistas que no hacen más que seguir vaciando de identidad al club blanquiazul.
Con la marcha del de Monelos, el Depor pierde otro trocito de escudo. Uno de similar tamaño a los que se dejó por el camino con las despedidas de Álex Bergantiños, primero como jugador y luego como directivo, y de Fran. Todos ellos, además, con el denominador común de un adiós por la puerta de atrás, señalando sin señalar y la sensación de que, como ocurría antaño, mañana no habrá espacio para los símbolos de ayer. “Vi cosas que no me gustaron”, apuntaba hace unos meses el mediocentro.
Ha pasado un año y medio desde que la eliminación en el playoff de ascenso en Castalia provocara un terremoto que hizo temblar los cimientos de la Plaza de Pontevedra. No pasó el corte Rubén de la Barrera, otro coruñés que no encontró su sitio ni siquiera a la segunda. Tampoco Ian Mackay, al que precisamente aquel partido de Castellón lo marcó de forma definitiva para acabar siendo despedido a seis meses de terminar contrato.

Paradójicamente, el proyecto actual del Deportivo tiene a Abegondo como eje. Yeremay, Mella, Barcia y el resto de canteranos que llaman a la puerta son el clavo ardiendo al que se agarra un club que ha vuelto a batir récord de abonados, pero cuya masa social sigue preguntándose por qué figuras que considera “de los suyos” no terminan de encajar en el modelo de la actual gerencia.
El sábado, reencuentro en Riazor
Y con todo este escenario, el Deportivo vuelve este sábado a Riazor un mes después. Un partido contra el Levante en el que se espera sea la enésima piedra de toque para los que actúan sobre el verde, pero al mismo tiempo un día para conocer cómo respira la afición tras la salida de Lucas.
A la despedida del capitán (muchos reclamaba la oportunidad de decirle adiós en el campo), se une la ausencia de movimientos en el mercado a 22 de enero, excepto el reciente y acelerado regreso de Diego Gómez. Todo esto pone a la dirección deportiva en el centro de las críticas e incluso amenaza con elevar las quejas un escalón más.
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