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MÁLAGA

El colapso de Rubén Castro

El delantero del Málaga solo ha marcado tres goles en 15 jornadas y presenta sus peores registros en las últimas 15 temporadas. Sus números escenifican el pésimo nivel del equipo.

Actualizado a
Rubén Castro, durante el Málaga - Lugo de esta temporada.
PACO RODRIGUEZ

Rubén Castro aterrizó en Málaga para convertirse en la bandera de un proyecto diseñado para pelear por el ascenso. Ese fue el objetivo que él mismo se marcó en su puesta de largo como blanquiazul durante el acto de presentación de las camisetas en la Plaza de la Constitución. El delantero canario llevaba años goleando sin descanso tanto en Primera como en Segunda y está viviendo un colapso anotador que escenifica a la perfección el pésimo primer tercio de temporada que ha firmado el equipo de Martiricos.

Sus números actuales, 3 goles en 15 jornadas y 1.225 minutos de juego, distan mucho de sus registros habituales. De hecho, son los peores de sus últimas 15 temporadas. Hay que remontarse a la campaña 2007-08, cuando militaba con el Deportivo en Primera, para encontrar peores estadísticas goleadoras del ariete malaguista.

Desde entonces, solo bajó de los diez goles el curso 2017-18, en el que jugó los primeros meses del curso en la Super League china en las filas del Guizhou FC, con el que marcó siete tantos entre julio y noviembre. Luego recaló en el Betis y anotó una diana en los diez partidos que disputó.

Sin contar esa temporada, en los otros 13 ejercicios anteriores a su desembarco en La Rosaleda, cinco de ellas en Primera División con el Betis, Rubén Castro anotó solo en Liga un total de 231 goles, un promedio de casi 18 goles por temporada. Sin embargo, si mantiene el ritmo realizador al que va esta campaña, no superaría los ocho tantos como malaguista.

El equipo de Pepe Mel echa mucho en falta los goles del canario. Fue la gran apuesta del proyecto y de momento no está funcionando. Su nivel, especialmente en los últimos partidos, no está siendo ni mucho menos el esperado. Se le ve ansioso y desesperado. El equipo apenas enlaza jugadas de ataque, los centros que llegan desde los costados son, en la mayoría de casos, una calamidad y aunque se le pueden computar unas cuantas ocasiones claras falladas, es cierto que ha estado muy desasistido. Con la nefasta producción ofensiva del equipo es muy difícil ver portería.

En cualquier caso, se antoja imprescindible la recuperación de Rubén Castro para que el Málaga abandone el pozo y tenga opciones de permanencia. A pesar de sus malos números, el ariete es intocable e indiscutible.