El castigo de una semana eterna
El Leganés no organizará el próximo jueves el tradicional partidillo que celebraba para ‘acortar’ las semanas en las que jugaba en lunes. Deberá rumiar su crisis durante casi ocho largas sesiones.
Dice el manido tópico que dibuja el verbo de muchos jugadores que, cuando llega una derrota, cuando se asoma una recurrente crisis, lo mejor es jugar cuanto antes para demostrar que se puede revertir la situación. Hasta eso le sale mal al Leganés en el tramo final de temporada. Los pepineros deberán afrontar su próximo partido ante el Málaga en lunes, y (para colmo) a las 21:00. El equipo jugará contra los andaluces sin, además, disputar el típico partidillo de entreno de los jueves ante conjuntos de inferior categoría y sin, por lo tanto, el día de descanso que Idiakez había instaurado los viernes tras estos encuentros de puesta a punto.
Rivales como el Rayo Majadahonda, el Real Madrid Castilla o incluso el propio Real Madrid fueron algunos de los contendientes a los que el Leganés se midió en estas semanas eternas que, admiten en el vestuario, desdibujan la habitual rutina de las jornadas ‘tradicionales’, esto es, las que se juegan sábado, domingo… o incluso en viernes.
Ocho días de convivencia con la crisis
Precisamente con esa intención Idiakez instauró durante buena parte de la temporada la idea de partir estos periplos eternos como dos ‘micro semanas’. Esto es: una primera parte normal de tres sesiones con partido como cierre y otro ‘microciclo’ como si de una jornada intersemanal se tratase, con su día de descanso y dos sesiones más, éstas sí, pensando en la competición. En el partido del lunes. Sin embargo, para la visita a La Rosaleda no habrá (salvo giro no anunciado, confirman fuentes de club) partido, esto es, el Leganés entrenará de corrido de lunes a domingo con sólo una jornada de descanso. La que siguió al partido ante el Oviedo.
Calendario de preparación que, por una parte, ayudará a Idiakez y su cuerpo técnico a seguir indagando problemas y buscarles solución. Pero que por otra parte generará un eterno túnel para unos jugadores que, durante siete días (casi ocho si se tiene en cuenta la jornada en sí) deberán trabajar mascando su crisis y sin capacidad para cumplir el tópico de jugar cuanto antes para olvidar el pasado y tratar de revertirlo con el futuro. Al menos en el lado de lo positivo serán unos cuantos días más para que Josema se pueda recuperar y dejar libre la enfermería. Las bajas de las que no se podrá librar Idiakez son de las de Omeruo y Cissé, los dos convocados con sus selecciones en este parón de selecciones. Tampoco eso le ha salido bien al Lega.