Duk, gasolina para la esperanza
El delantero caboverdiano regresará ante el Ceuta tras sanción. Pese a no estar en su momento (juega demasiado alejado del área) siempre es recurso eficaz en el desborde. Todavía no ha jugado en punta.


Duk está de vuelta. Gasolina para la esperanza del Leganés. El delantero caboverdiano de los pepineros (25 años) no jugó ante la Real B por sanción. Vio ante el Burgos la quinta amarilla (segundo jugador pepinero que cumple ciclo tras Marvel) y se ausentó de un duelo en el que su presencia habría venido de maravilla. Por desborde y por pegada. Porque este curso en el que está siendo uno de los destacados su juego casi siempre genera peligro, aun incluso cuando en los últimos duelos está siendo menos Duk que en otras ocasiones.
Lógico. El desgaste físico al que se estaba viendo sometido en las últimas jornadas, en las que estaba ejerciendo más de carrilero que de extremo (aunque él se define como ariete) han hecho mella en un jugador que vive mucho de su explosividad y regate. De su fuerza e intensidad. Virtudes que también se han opacado en parte por el viraje de bandas que ha presentado el Leganés. Desde que en Mendizorroza Paco López reajustó la posición de Juan Cruz a la de extremo derecho, el equipo encontró en ese costado un maná de efectividad que, de la mano de Rubén Peña, parecía ser alternativa seria al caudillaje que Duk ofrecía en el lado opuesto.
Un abrelatas habitual
Eso, con todo, no ha impedido que Duk tenga buenas actuaciones. Porque Duk siempre cumple. Ocurre que en los últimos cuatro partidos casi siempre ha arrancado en la posición de falso carrilero, esto es, en repliegue ejerce como defensa, pero en ataque se vuelca más como un extremo que, con todo, por esa obligación de ocupar todo el frente de ataque, llega al área con menos opciones de peligro. Aun así, en porcentajes de regate sigue siendo el pepinero más eficaz. De ahí que se le eche de menos.
Antes planes más cerrados, él es una solución recurrente que, además, marida bien con Naim cuando es el canterano (y no Duk) el que ejerce de carrilero. En ocasiones tener al caboverdiano abierto ofrece espacios por dentro que el chaval sabe aprovechar para generar remates o buenos centros. Ahora está por ver si Duk (que había sido titular en todos los partidos) entra, en lugar de quién lo hace en este Leganés que se debate entre usar recurrentemente la defensa de 5 (aunque para ello tenga que reconvertir a extremos como Duk y Naim a carrileros) o la defensa de 4, un mecanismo en el que el Lega pierde repliegue, pero gana altura en el ataque.
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Por ahora, lo que no parece una opción es ver a este canterano del Benfica incrustado como un delantero más, alternativa que él defiende como su posición natural, pero que todavía no se ha consolidado desde que la temporada pasada se le colocara la etiqueta de hombre de banda. En cualquier caso, sea como recurso de inicio o como opción en el banquillo, el retorno de Duk es buena noticia para un Leganés que necesita asirse a cualquier brizna de optimismo para afrontar todos sus encuentros, empezando por el del domingo ante el Ceuta (14:00, Alfonso Murube).
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