Dos temporadas antagónicas
El Ibiza logró el curso pasado la permanencia con solvencia y con mucha antelación. Tras la jornada 36ª tenía 18 puntos más que en la actual, en la que el descenso parece cantado salvo que se produzca un milagro deportivo.
La UD Ibiza ha jugado hasta ahora dos temporadas en LaLiga SmartBank y han sido completamente antagónicas. En la de su debut en la categoría de plata, los isleños consiguieron la permanencia con mucha solvencia, mientras que en la actualidad parecen destinados a un descenso casi inevitable a la Primera RFEF. Los números cantan entre una campaña y otra.
El conjunto celeste cerró la 36ª jornada como penúltimo clasificado en este ejercicio 22-23. Acumula 29 puntos, después de haber ganado seis partidos, empatado once y perdido diecinueve. El curso pasado, tras la misma fecha de competición, los ibicencos acumulaban 47 puntos y eran decimoterceros en la tabla. Ese puntaje se desglosaba en once triunfos, catorce empates y once derrotas. A esas alturas el Ibiza ya había cerrado su permanencia y se encontraba en tierra de nadie, lejos del ‘play-off’ de ascenso a Primera División, con el que se llegó a sonar en la entidad que preside Amadeo Salvo.
Aquel equipo de la temporada 21-22 estaba, tras la citada jornada 36, trece puntos por encima del descenso, que marcaba el Amorebieta, que acabó bajando. Además, llevaba 47 goles marcados y 48 encajados. El actual Ibiza tiene a doce puntos la permanencia y sus registros goleadores son infinitamente peores, con 30 goles marcados y la friolera de 57 tantos encajados.
El Ibiza del curso anterior, que entrenó Juan Carlos Carcedo en la primera vuelta y Paco Jémez en la segunda, cerró su debut en la categoría con muy buena nota, a pesar de que en las últimas seis jornadas de competición apenas sumó cinco puntos de dieciocho posibles, para contabilizar un total de 52. El del curso 22-23 necesita un milagro deportivo para salvarse e incluso sumando todos los puntos que quedan podría no ser suficiente para conseguir la permanencia. Porque además de hacer un cierre de Liga perfecto debe esperar el fallo de los equipos que tiene por delante para poder obrar lo que sería un auténtico milagro deportivo. Además, si suma los 18 puntos que quedan por disputarse llegará a un total de 47, cinco menos de los que contabilizó el Ibiza del curso anterior.
De lo que fue la ilusión de la campaña pasada, en la que casi todo marchó sobre ruedas, se ha pasado a una temporada llena de complicaciones, en la que desde el principio las cosas no empezaron a funcionar bien. Hasta cuatro entrenadores se han sentado en el banquillo balear (Javier Baraja, Juan Antonio Anquela, Carlos Sánchez como interino y ahora Lucas Alcaraz). Además, en la mayoría de las jornadas se ha estado en puestos de descenso y el proyecto siempre presentó muchas dudas.