LEGANÉS | EL PROTAGONISTA DE LA JORNADA
Diego, siguiente parada: Szymanowski
El canterano del Leganés y su doblete al Mirandés lo convierten en el primer pepinero en hacer dobles dígitos desde 2016, cuando el argentino lo logró en el curso del ascenso.
Diego García devora fases en su crecimiento con la facilidad de quien hace del gol su respiración. “Me sale todo”, admite el máximo artillero del Leganés. Su doblete al Mirandés le coloca con once dianas al frente de una plantilla con fuerte oposición al trono del curso. Miguel de la Fuente lleva nueve. Raba, ocho. Pero de este tridente especial sólo él, sólo Diego, ha logrado pasar la barrera goleadora de los dos dígitos, algo que ningún pepinero ha logrado en las últimas siete temporadas. El último en lograrlo fue Szymanowski el curso del ascenso a Primera División, en 2016. Ahora Diego y su ambición sueñan con cazar a ambos. A Szymanowski. Al ascenso.
El extremo argentino marcó doce dianas en Liga aquel ya cada vez más lejano curso 2015-2016. Sin saberlo, había puesto una marca que parecía insuperable. En Primera o en Segunda. Varios se quedaron cerca, en la frontera de los nueve tantos: En Nesyri, Óscar, Sabin Merino, José Arnáiz… pero ninguno la superó. Hasta que ha llegado este chaval, estudiante de Ingeniería Industrial además de futbolista, para convertir lo imposible en posible… y seguir soñando.
Algún ‘hat-trick’ y la barrera de los 15
“La siguiente marca que me pongo son 15 goles. Espero conseguirlo. Todo sea sumar y con partidos como éste en los que todo el equipo aporta, ojalá meter más dobletes. Ojalá también llegue algún hat-trick”, decía en zona mixta, ambicioso, tras golear al Mirandés (4-0). Sus cábalas son las mismas que confesó en As, cuando también reconoció que estos lodos son fruto de muchos años de tragar polvo en categorías inferiores.
Entonces, cuando era futbolista del Rayo y después del Lega B, gastaba gran parte de su sueldo en nutricionista y preparadores especiales que le allanaran el camino para lo que él estaba convencido que llegaría: la gloria. Ahora la acaricia siempre con los pies en el suelo. Sólo los levanta para rematar de cabeza.
“No llevo la cuenta de los goles de cabeza que llevo… pero lo miraré. Ojalá sea el año en el que más goles hago de cabeza”, insistía poco después de admite que tampoco conocía el dato de la sequía de dobles dígitos en Butarque. Porque a Diego no le importan demasiado los números pretéritos, sino construir estadísticas de futuro.
“Ganar y ganar”
“El objetivo, lo dice el míster, es ganar cada jornada. Y si ganas cada jornada, sigues arriba. Cada semana se irá viendo. Al final todo está igualado. Gana uno y se pone segundo, gana otro y le supera… tenemos que ganar y ganar”, le calcaba su discurso a Borja Jiménez.
Esa misma fórmula se la aplicó a inicio de temporada, cuando, tras una cesión en el Fuenlabrada (13 goles en total), llegó a la ID Butarque con el cartel de potencial transferible. Su esfuerzo diario le permitió no solo cerrar de un portazo la opción del adiós, sino quedarse en la primera plantilla, convertirse en titular, renovar hasta 2027 y, ahora, ser el máximo artillero de un equipo sobrado de dinamita.
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