Diego García, un niño ‘intocable’
El delantero canterano de 23 años se está consolidando con su rendimiento como ‘9′ del Leganés por delante incluso de Miguel de la Fuente. Es el cuarto pepinero con más minutos.
Diego García es un caso llamativo de conquistador en blanquiazul. También ejemplo paradigmático de este Leganés que Borja Jiménez ha reconstruido sobre tres pilares: humildad, ambición y trabajo. Todas son virtudes que encajan a la perfección en la piel de este delantero canterano, candidato a otra salida cuando retornó en verano tras su cesión al Fuenlabrada pero que, con un rendimiento in crescendo y una actitud demoledora, se ha transformado en pieza clave de su nuevo entrenador. Aun incluso por delante de un fichaje estrella como Miguel de la Fuente.
El pasado sábado, ante el Oviedo, Diego formó por delante del vallisoletano. Fue una sorpresa. Aplicando la lógica de las rotaciones que parecía haber iniciado en una semana de tres partidos, quizá no tanto. Ante el Racing jugó Diego de inicio. Contra el Burgos lo hizo Miguel. Ante el Oviedo le tocaba de nuevo a Diego. Sucede que Miguel también oposita bien alto en los planes de su entrenador. Así que verlo formar de inicio habría sido totalmente normal. En solitario o formando pareja de ataque con dos delanteros. Sin embargo, Borja lo dejó en el banco para darle (de nuevo) protagonismo a Diego.
El cuarto pepinero con más minutos
Porque en lo que llevamos de temporada, Diego sólo se ha perdido un partido de inicio. Fue precisamente el de hace una semana ante el Burgos seguramente más por una cuestión de descanso y rotaciones que por falta de confianza de su entrenador. Así que, en lo que llevamos de curso, este madrileño estudiante de Ingeniería ha jugado en todas las jornadas y formado de inicio en nueve de ellas. Acumula 786 minutos para ser el cuarto jugador de la plantilla que más ha competido esta temporada, sólo por detrás de Sergio González y Enric Franquesa (900 minutos, lo han jugado todo) y Nyom (796 minutos, sólo 10 menos que Diego).
Guarismos que demuestran el peso que tiene Diego en esta plantilla. Ayuda también su aportación ofensiva. Con dos goles es el máximo artillero momentáneo del equipo. Podrían ser tres. Ante el Oviedo dio un balón al palo. Su estadística de goles esperados es la más alta de todo el equipo, con 2,64 tantos esperados y una capacidad de conversión del 15,79% de los remates que ha aportado.
El esfuerzo como virtud
Buenos números que, sin embargo, no son su mayor virtud. Su capacidad para apretar en la salida del balón rival, su pugna y brega y su esfuerzo sin fin para ayudar al equipo en la posición que sea (se le ha visto ya de extremo, que no es lo suyo) son también virtudes que aplaude el cuerpo técnico, sus compañeros, y en extensión un club encantado con su evolución.
Debutó con el primer equipo a finales de la 20-21 y en la siguiente campaña partió de inicio como un recurso más al que Asier Garitano dio minutos por falta de alternativas. Los fichajes de Borja Garcés y Jon Bautista lo eclipsaron y devolvieron al filial, en el que fue máximo artillero dos cursos consecutivos.
Apenas cinco partidos disputados con los mayores forzaron una cesión en el Fuenlabrada a la que le sacó excelente resultado, con 15 goles en todas las competiciones. Trece fueron en 37 partidos de Liga. Sus tantos salvaron a los azulones y, de paso, convencieron al Leganés para renovarle aunque fuera a coste bajo.
Al chaval le dio igual. Obsesionado con triunfar, en apenas una semana de entrenamientos y trabajo con el equipo acalló el runrún que había en la plantilla por la búsqueda de un ‘9′ que, visto lo visto, ahora tiene en el propio Diego a su dueño real más que Miguel de la Fuente, al que la alta competencia de este canterano le está obligando a esforzarse más de lo previsto para hacerse con el puesto.
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