Cristóbal Parralo, tres años en el Racing de Ferrol de milagro en milagro
El técnico andaluz se ha convertido en un referente del proyecto del Racing de Ferrol, que se ha destapado como el equipo revelación de Segunda.
El 10 de febrero de 2021 fue cuando cruzaron sus caminos Cristóbal Parralo y el Racing de Ferrol. Era un día lluvioso, oscuro y con un conjunto gallego que agonizaba en la locura que fue la temporada de recomposición post parón del Covid en la que el equipo terminó cumpliendo su objetivo: entrar en Primera RFEF. Conseguido el primer paso se fueron sucediendo en cascada todo tipo de acontecimientos, difíciles como la eliminación en el playoff de ascenso entre Nàstic y Racing en Balaídos en la primera temporada completa de Cristóbal e inolvidables como el ascenso a Segunda la pasada campaña. Lejos de los éxitos deportivos, el técnico ha conseguido con su mensaje humilde, sosegado y lleno de trabajo, realizar un ejercicio sociológico que ha hecho despertar a una ciudad que estaba aletargada a través de la felicidad que trasmite el fútbol.
Desde hace tres años se sienta en A Malata el entrenador con mayor currículum futbolístico que ha pasado por Ferrol. En su etapa como jugador siendo un lateral derecho potente físicamente, ha sido campeón de Champions con el Barcelona en 1992, una leyenda del Espanyol con 257 partidos a sus espaldas defendiendo a los pericos y bien conocedor de los primeros pasos de Ronaldinho en Europa, siendo compañero del brasileño tras sus dos temporadas en el PSG antes de su retirada como jugador en 2003. Tras ello y un previo paso en la dirección deportiva del Espanyol, se pasó a los banquillos trabajando en clubes como Santa Eulalia, CF Damm, Deportivo, Alcorcón, Racing de Santander y Racing de Ferrol, donde ya suma 119 partidos al mando del conjunto gallego.
Su estilo es reconocido por el buen trato de balón con el esférico casi siempre pegado al piso, con fútbol de extremos puros de buen centro y remate en el área de los delanteros. Bebedor de fuentes de inspiración en el mundo del fútbol con entrenadores que ha tenido a lo largo de su carrera como Bielsa, Camacho o Cruyff, trató desde su época como jugador absorber conocimientos para poder ponerlos a prueba en un lugar como Ferrol, donde ha tenido el tiempo y la confianza necesaria para poder madurar su idea de fútbol. “Siempre te quedas con detalles, con cosas que vas adaptando a tu manera de ver el deporte y de pensar. Todos mis entrenadores me han dejado algún aprendizaje que he podido incorporar y adaptar a mi manera de ver el fútbol”, resaltó Cristóbal en el día de su presentación con el Racing de Ferrol.
Respaldo de Mouriz y escolta de Manjarín
Todo proyecto de éxito cuenta con varias patas que son fundamentales para sostenerlo en pie. Cristóbal Parralo habitualmente es el que lleva el peso de cara al público siendo la cara visible del club en sus continuas ruedas de prensa semanales, pero en la sombra existe el trabajo de figuras importantes. El alma de este Racing de Ferrol es Carlos Mouriz, ha sido el artífice de la línea de trabajo a seguir en el proyecto, deja trabajar a entrenador y jugadores, sobre todo en las malas para que se pueda solidificar una base sólida que pueda dar sus frutos como está recogiendo actualmente el club.
Una persona inseparable de Cristóbal Parralo es Javier Manjarín, su segundo. Otro futbolista de éxito que fue internacional y vistió los colores del Sporting o el propio Superdepor. Al lado del técnico del Racing desde hace años, es el hombre que escolta a Cristóbal Parralo y con el que mantiene largas conversaciones para debatir la mejor vía por la que debe seguir el equipo para seguir creciendo. Uña y carne, inseparables en el banquillo y también en el día a día, ya que ambos viven en un pequeño pueblo, a poco más de veinte minutos de Ferrol en el que pasan su estancia desde que han desembarcado en la escuadra verde. Combinación de un ADN humilde, espíritu batallador y forjado a base de modestia que hace que el Racing de Ferrol meta los codos en medio de los clubes más grandes de Segunda División.