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ALMERÍA

Baba-Lopy, la pareja del cambio de rumbo en el Almería

El Almería puede haber encontrado en este dúo el equilibrio que necesitaba para el mediocampo. El del sábado fue el primer partido en el que compartieron titularidad en esta temporada

Juan Antonio Manzano
Dion Lopy, durante un entrenamiento de la UD Almería.
Carlos Barba

El centro del campo del Almería ha sido un quebradero de cabeza para el entrenador desde el comienzo de la temporada. Con la resaca del pasado curso, las distintas combinaciones utilizadas hasta ahora no han rendido al nivel que se esperaba. En unos casos por problemas físicos (Robertone), en otros por falta de acoplamiento con los compañeros (Edgar) y en última instancia por bajo rendimiento (Melero y Lopy). La cuestión es que sólo los jugadores más avanzados estaban manteniendo el nivel, pero la retaguardia se veía lastrada. El diagnóstico de una sala de máquinas defectuosa hacía que las miradas se giraran a la defensa, como sufridora principal de situaciones de peligro evitables con una mayor contundencia en la anulación del rival.

Y en ese escenario, Rubi optó el sábado por un cambio de sistema y por darle la confianza, de salida, a una pareja “casi” inédita en el Almería. Iddrisu Baba y Dion Lopy sólo habían jugado juntos, esta campaña, 7 minutos ante el Racing y 11 minutos frente al Tenerife. Dos momentos residuales en el final de los partidos que no tenían casi incidencia alguna en su rendimiento conjunto, además de engancharse al partido en vuelo y de cara.

Con músculo, con calidad, con confianza y con un esquema más equilibrado que permite tener cubiertas las bandas, evitando basculaciones de los dos centrocampistas, las figuras del ghanés y del senegalés han cobrado protagonismo. Incluso el propio técnico lo reconoció en sala de prensa a la conclusión del choque del sábado. “Del tiempo que llevo aquí es el mejor partido que ha hecho los dos, seguro. No entro a valorar la temporada pasada pero hoy han hecho un auténtico partidazo, con un despliegue físico enorme. Sabemos que, a veces, sobre todo los mediocentros, tienden a perder algún balón, pero hoy no he visto una pérdida peligrosa prácticamente en todo el partido, y la verdad es que estoy muy contento. Vuelvo a decir que lo importante ahora es tener continuidad. Tengo que empujarles cada día para que esto no afloje. Obviamente no van a poder estar siempre a un nivel de 10, pero si lo hemos hecho hoy quiere decir que lo podemos volver a hacer”.

Baba-Lopy, la pareja del cambio de rumbo en el Almería
Dion Lopy

Lopy llegó al Almería procedente del Stade Reims en la pasada temporada, disputando un total de 30 partidos y 1.918 minutos, pero dando una sensación extraña. Con una calidad envidiable y un físico portentoso, ofrecía la imagen de un jugador errático, con demasiados gestos de exceso de confianza que terminaban derivando en perdidas muy peligrosas. Sus 21 años entonces, ahora ha cumplido 22, podían ser la explicación, pero también una falta de tensión competitiva inexplicable para ser un jugador altamente valorado en el mercado.

Baba, por su parte, llegó al Almería con el pie cambiado. Fue la pieza de cambio en el traspaso de Samu Costa al Mallorca, y su traspaso camuflado en cesión olía a petición del entonces entrenador Vicente Moreno. Arrancó como titular en Primera División, pero ni se hizo con el puesto a pesar de la continuidad en los onces, ni ofreció un rendimiento que hiciera olvidar al portugués. Sin rumbo y con la derrota como permanente compañera de viaje, fue cayendo en el ostracismo hasta terminar jugando sólo 47 minutos en los últimos 11 partidos de la Liga pasada. Y este año no comenzó mejor, sólo 18 minutos en los dos partidos inaugurales… hasta que llegó el sábado.

Baba y Lopy se entendieron, se coordinaron, dieron salida de balón, ofrecieron resistencia al contrario y entorpecieron las jugadas de ataque. Resistieron con uno menos y no cometieron errores groseros, lo que se podría resumir con que tuvieron una buena actuación general. Pero es que es ahí donde esta la novedad, que hace demasiado tiempo que una pareja en mediocampo no tiene una actuación, competitivamente, adecuada. Ahora Rubi tiene la palabra. Se apunta a continuidad del once y del sistema, salvo las bajas obligadas para el domingo. Si el equipo vuelve a funcionar, se habrá encontrado pareja para el cambio de rumbo.

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