Aprobados y suspensos de un milagroso Espanyol
Tras tirar la primera parte en otra actuación bochornosa, el equipo mejoró notablemente hasta conseguir una victoria inverosímil.
Pacheco. Con problemas para salir en corto, optó demasiadas veces por el golpeo largo. Impreciso. Tuvo mucho trabajo con los pies pues el Espanyol prácticamente no pasó del medio del campo, pero poco con las manos. Nada que hacer en el primer gol del Eibar. Tampoco en el segundo ni en la ristra de disparos, sobre todo de Stoichkov, que recibió.
Omar. Tuvo ciertos problemas para controlar a Stoichkov, un jugador que le superó en velocidad y capacidad de desborde. No cometió ningún error de bulto, pero tampoco ninguna jugada ofensiva digna de mencionar.
Sergi Gómez. El menos participativo de los centrales, jugó en la misma línea que toda la temporada. ¿Jugó un mal partido? No especialmente. ¿Uno bueno? Tampoco. Y así, jornada tras jornada, contribuyó al enésimo mal partido del Espanyol fuera de casa. Porque el Espanyol ganó, pero no jugó bien.
Víctor Ruiz. Con problemas para sacar el balón jugado estuvo lento y, sobre todo, impreciso. No aportó la solidez que se le supone al central. Demasiados balones en largo y pocas opciones en corto. No fue su mejor actuación.
Cabrera. Seguramente el mejor de la defensa pese a jugar escorado a la izquierda. Obviamente no aportó en ataque, tampoco se le pide, pero controló bien su parcela. Casi todo el peligro del Eibar llegó por la otra banda.
Keidi Bare. Listo cometiendo faltas tácticas y generoso en la presión, pero superado como todo el centro del campo espanyolista. Los mediapuntas del Eibar jugaron a placer, más cómodos que en cualquier otro partido de la temporada. Eso sí, se vació.
Aguado. Absolutamente ausente en la primera parte. El partido pasó por su lado sin que interviniera en él. Más participativo en la segunda, realizó una gran pared con Salvi que supuso el penalti a favor del Espanyol. Es un futbolista que puede dar mucho más, pero la idea de Ramis y el planteamiento conservador del equipo no le hacen ningún favor. Si no quieres tener el balón no te sirve de mucho.
Jofre. Un disparo en el 18′ fue la acción más peligrosa del Espanyol en todo el partido hasta los goles. Voluntarioso y seguramente el hombre de banda más incisivo hasta los cambios, pero con un rendimiento insuficiente para un equipo que aspira a subir a Primera.
Puado. Realizó constantemente esfuerzos defensivos que se notaron en la segunda mitad. Muy cansado, aportó poco en defensa. Escorado en banda pierde gol y tampoco aporta desborde ni centros. Otro jugador fuera de su posición al que el esquema no beneficia.
Pere Milla. Otro partido más para olvidar del delantero catalán. Perdió el balón que originó el primer gol del Eibar en otra tarde aciaga para él. No aportó nada al equipo, impreciso e impotente como el resto de sus compañeros.
Braithwaite. Un error en la salida supuso el segundo gol del Eibar pero lo remedió marcando de penalti. Solo, aislado, desconectado… todos los adjetivos que quieran. El equipo fue incapaz de hacerle llegar ni medio balón en condiciones al mejor delantero de la categoría.
Salvi. Aportó bastante en los pocos minutos que jugó. Generó él sólo el penalti que supuso el 2-1 y marcó el empate con un punto de fortuna.
Keita Balde. Otra muy pobre actuación del delantero. Una sombra de lo que fue.
Lazo. Vertical y con ganas, marcó el milagroso gol que supuso la victoria del Espanyol.
Gastón Vallés. Excelente última jugada en que sirvió el balón a Lazo.