Tchouameni se queda muy corto
Vaya por delante que responsabilizar a un solo futbolista del desastre en Lille es muy injusto, pero el partido del mediocentro francés volvió a estar muy alejado del mínimo exigible para un centrocampista del equipo más laureado del mundo. Cuando Ancelotti le puso de central mejoró algo su rendimiento porque con balón como faro del equipo es, de momento, un cero a la izquierda.
En el año en el que las necesidades del equipo le obligan a dar un paso al frente, Tchouameni se está haciendo cada vez más pequeñito. No corta, no roba, no hace coberturas a los laterales y es incapaz de meter un pase a más de 5 metros sin que se le encoja el pie. Su entrenador, que le sigue manteniendo una fe inquebrantable, será capaz de ver en él cualidades que el resto todavía no somos capaces de reconocer, pero la realidad es que su rendimiento en los partidos está muy alejado de lo que se espera de él.
Este Madrid tiene un claro problema en la salida de balón y en la creación de fútbol en la sala de máquinas y cada día parece más evidente que el internacional galo ni es ni será la solución. Ha tenido mucho tiempo y muchos minutos y sigue siendo tan intrascendente como el primer día.