La idea del presidente y de todos los dirigentes del Real Madrid es clara y contundente. “Esto tiene que cambiar y las soluciones deben llegar de manera inmediata”.

Xabi Alonso ya está en el foco
Florentino Pérez fue de los últimos en salir del Santiago Bernabéu en la noche del domingo. No era para menos. Incluso, antes de dejar un ya apagado y solitario estadio, llegó a pensar en aquello de pasar por Valdebebas a lo largo del lunes, pero al final creyó que lo mejor era seguir adelante con el análisis de la situación, una vez ya reunido con los suyos y escuchado a unos y otros tras la dolorosa derrota ante el Celta en el Bernabéu.
Siguiendo su costumbre, el presidente bajó al vestuario. Poco importa que se gane o se pierda. La visita es habitual y forma parte del decorado de después de cada partido. Le gusta palpar lo que pasa en cada momento y el del Celta era una de esas situaciones para analizar todo antes de tomar cualquier decisión. Y en la noche del domingo se escucharon muchas voces críticas con el entrenador.
La idea del presidente y de todos los dirigentes del Real Madrid es clara y contundente. “Esto tiene que cambiar y las soluciones deben llegar de manera inmediata”. Al entrenador se le exige soluciones ante un momento del equipo que empieza a ser preocupante. Los nueve puntos perdidos respecto al Barcelona dejan tocada la gestión del entrenador y el rendimiento de los futbolistas.
Así se lo ha querido hacer ver el propio presidente en primera persona. Hay tiempo para la reacción, pero en el fútbol mandan los resultados y si días atrás en este periódico se hablaba del mes de enero y la Supercopa como termómetro para medir lo que hecho por Xabi y los suyos, ahora el examen se va a llevar a cabo en cada partido. El objetivo era intentar dar la vuelta a una situación que ya se ha convertido en preocupante y más con la visita del Manchester City llamando a la puerta.
En los minutos posteriores al partido ante el Celta, la tensión se palpaba en la zona noble del Bernabéu. Son los momentos en los que todos se dejan llevar por lo visto en el césped. El tiempo pasado tras la derrota, poco es la verdad, ha servido para que se mire todo con otra perspectiva, algo más calmada y aunque a Xabi Alonso se le pide que sea él mismo y que tome decisiones correctas, su proyecto no es de seis meses y sí para tres años. Los resultados mandan y la alerta ya es máxima y más cuando asoma la Champions, competición que suele marcar en devenir de los técnicos en el Real Madrid.
En el palco tras la derrota ante el Celta se dudaba del futuro inmediato. El ambiente no ayudaba a que apareciera la reflexión. En Valdebebas, doce horas después, el análisis era más tranquilo, pero exigente al máximo, con los jugadores y con el entrenador, pero sobre todo en la búsqueda de soluciones, algo complicado ante el número de bajas que sufre la plantilla de Xabi Alonso.
El técnico no ha recibido ultimátum alguno, pero eso no significa que él mismo sepa la realidad del sitio en el que está, de máxima exigencia continua. Se cuestionó su relación con la plantilla y se ha cambiado, pero la respuesta de los futbolistas no es la esperada ni por el club ni por el técnico.
Es consciente de que la actitud y los resultados deben cambiar y en el fútbol actual ya se sabe quién es el responsable cuando algo no funciona. El Real Madrid tampoco escapa a ello.
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Por cierto, Zinedine Zidane lleva mucho tiempo, negociando y conversando con la Federación francesa para hacerse cargo del banquillo Bleu, en el momento que termine el Mundial de Estados Unidos. Nadie en Real Madrid ha pensado por ahora en una tercera etapa del francés en el banquillo blanco.
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