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REAL MADRID

Vuelve la muralla

El italiano dio un toque al equipo por la actitud defensiva y dicho y hecho: el Madrid dejó su portería a cero en Liga. La labor de Militao y Tchouameni, fundamental. Rüdiger, sólido.

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Si el curso pasado fueron 16 porterías a cero en Liga, hasta la octava no ha sido la vencida en el actual. Después de siete jornadas, en Getafe, en una visita peliaguda en las últimas temporadas, el Madrid logró echar el candado a su portería. Y fue un defensa el que también dibujó el camino hacia los tres puntos. Un Militao imperial, que junto a la imponente presencia física de Rüdiger y Tchouameni, inhibieron al conjunto azulón. Ni Ünal ni Mayoral brillaron y tuvo que ser Aleñá, desde la distancia, el único que hizo lucirse a un Lunin que conseguía, también a la octava, su primera portería a cero como portero madridista.

No era cuestión baladí dejar de ‘sangrar’. Por algo hacía especial hincapié Ancelotti entre la zona mixta y la sala de prensa del Coliseum. “La portería a cero es muy importante. El éxito del año pasado se debió a un aspecto defensivo muy bueno. Esta noche defendimos bien en un partido distinto, con mucho balón aéreo”, se felicitaba el técnico italiano. No había supuesto problema mayor hasta el momento, pues se cuentan por victorias todos los encuentros menos el empate (1-1) ante Osasuna, pero era fundamental alejar ese fantasma.

La clave para enterrar la maldición, ese triangulo Militao-Rüdiger-Tchouameni que impuso su exuberancia física prácticamente durante los 90 minutos y dejó a los locales en apenas dos disparos entre los tres palos en todo el encuentro. El alemán realizó un partido serio, sin excesos ni errores, de esos que cuestan disgustos y es crucial esquivar ante equipos como el de Quique. Bien lo sabe el propio Militao, que se sacó la espina del curso pasado: un error grosero de Éder costó la derrota a los blancos (1-0). El brasileño se desquitó con creces, se alzó de manera honorífica con el trofeo de MVP del partido y, de paso, estrenó su cuenta goleadora de la temporada.

Militao celebra su tanto al Getafe con sus compañeros.
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Militao celebra su tanto al Getafe con sus compañeros.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Vive un momento dulce el de Sertãozinho, que también estuvo imponente ante el Shakhtar en Champions. Frente al Geta recuperó siete balones, bloqueó dos disparos, salió vencedor en las dos entradas que intentó, ganó cuatro duelos aéreos y terminó el choque con un 88,6 % de acierto en el pase (62/70). Amén de regalar una conducción poderosa que levantó los aplausos de un Modric que no pudo reprimirse a la hora de felicitar a su compañero.

Los números de Rüdiger ya avanzábamos que fueron menos rimbombantes, pero demostró que con Alaba en el lateral, le sobran tablas para sacar el balón jugado (completó 81 de los 89 pases que intentó, un 91 %). Tres recuperaciones, una entrada exitosa, un disparo bloqueado y un duelo aéreo ganado completan su hoja estadística. Mientras que el otro fichaje veraniego, Tchouameni, también se encargó de poner vendas por el terreno de juego antes si quiera que aparecieran las heridas. El de Ruán fue a más y tras algún titubeo inicial, impuso su presencia física, aportó calma en la salida de balón y, cómo no, sesgó balones tarea recurrente. Recuperó la posesión en siete ocasiones, tuvo éxito en las dos entradas que intentó y acertó 75 de 80 pases (91 %), con un impoluto 16/16 en el tercio del campo rival. No sólo destruyó, también construyó de manera eficiente.

Del 42,1 % al 12,5

Además, el triángulo contó con la aparición mencionada de un Lunin que enterró su propia maldición con las porterías a cero. El Madrid volvió a ser una muralla sin fisuras en Liga (en Champions no encajó ante Celtic ni contra el Leipzig), una de las claves de la 35ª. De las 38 jornadas del curso pasado, en 16 no hubo gol en contra. Un 42,1 % que choca contra el 12,5 actual. De ahí que Carletto haya dotado de tanto valor a este logro que puede resultar anecdótico en el corto plazo, pero es un trampolín hacia el éxito en el largo. En un campeonato liguero donde la lucha con el Barça se antoja feroz, rentabilizar los goles y minimizar los traspiés multiplica su importancia. Con un cero en la portería, todo es más sencillo.