Vinicius está al límite
Su entorno analiza lo sucedido para buscar las causas. Este hecho se une a la desprotección que siente por los árbitros en España, al racismo... Arabia, gran peligro.
A estas horas, Vinicius y la gente que trabaja con él están analizando lo que ha sucedido. Frederico Pena, su representante, funciona con una mentalidad extremadamente analítica, muy alejada de las acciones provocadas por impulsos. La primera conclusión a la que se ha llegado es que, muy probablemente, las votaciones a Vinicius se han visto afectadas por las que han podido recibir sus compañeros Bellingham y Carvajal, especialmente el inglés. Unos se han quitado votos a otros, es inevitable. Por otro lado, valoran que uno de los criterios de valoración que pedía France Football era el Fair Play, tener en cuenta la imagen que proyecta el jugador tanto dentro como fuera del campo. Y en este sentido, el clan Vinicius siente que le ha terminado pesando esa persecución de la que se siente objeto en muchos campos de España, donde debe soportar insultos, y de los arbitrajes de LaLiga (ya que en la Champions se siente mucho más protegido). Porque entienden que esos son los motivos que afean su actitud.
Estas son, el reparto de votos entre los jugadores del Madrid y la imagen que Vini proyecta, los motivos a los que se alude para justificar que el Balón de Oro se le haya escapado de los dedos. Aunque Vini se mostró muy entero en las redes sociales tras la Gala y puso un mensaje entre enigmático y desafiante (“Lo haré diez veces mejor si es necesario. Ellos no están preparados”), lo cierto es que está hundido. El mazazo psicológico ha sido importante. Había un consenso generalizado (aunque nunca la certeza) de que el premio era suyo y no sólo había traído a cerca de 50 personas a España para festejarlo sino que, además, se había preparado para el miércoles una gran fiesta en una sala de Madrid y la apertura de una tienda de Nike con él como protagonista en el centro de la capital. Se veía ganador.
Las razones de su hartazgo
Más allá del chasco inicial, todo lo sucedido puede traer consecuencias para el futuro del astro brasileño en el Real Madrid. El futbolista comienza a sentirse al límite por varias circunstancias. La primera, y está ligada a lo que ha pasado con el Balón de Oro, por la sensación de indefensión que tiene cuando juega LaLiga. Asumiendo que necesita abstraerse más de las provocaciones de público y rivales, Vini siente que los árbitros, en lugar de protegerle a él, un estilista del fútbol, terminan amonestándole por llamar la atención de lo que le sucede en el campo. Por otro lado, y eso le pesa mucho, los episodios racistas que ha tenido que sufrir en España, algunos muy desagradables, como lo que le pasó en Mestalla o en varios derbis (en uno de ellos incluso se colgó un muñeco suyo de un puente).
Hay otras razones que pueden condicionar la permanencia del jugador en el Madrid. Estas son más de índole deportivo-estratégicas. A nadie se le escapa que en el fútbol moderno las estrellas son pequeñas multinacionales y que necesitan estar en el lugar perfecto para desarrollarse a todos los niveles (deportivo, marketing, económico…). Vinicius vio como la pasada temporada Bellingham le quitó todo el foco en la primera parte del curso (aunque luego lo recuperó con creces hasta merecer el Balón de Oro) y que en esta, el club ha fichado a Mbappé, otra megaestrella con la que comparte ahora cartel. Pues bien, en el caso de que el Madrid ganara los siete títulos en juego esta campaña, Vini tendría muy difícil volver a optar, con tanta competencia, por el Balón de Oro.
La amenaza de la oferta de Arabia
Todos estos ingredientes que exponemos forman un cóctel muy peligroso para la relación que Vinicius tiene con el Real Madrid y con el fútbol español. Su agente, Frederico Pena, firmó un contrato corto para el futbolista en su última renovación, hasta 2027. Y no fue al azar. Quería que Vinicius siguiera siendo dueño de su destino. Hoy en día es el futbolista más desequilibrante del planeta, mejorando al propio Mbappé, y el principal objeto de deseo de los clubes que pueden permitírselo en la plantilla (los más potentes de la Premier y el PSG).
Para colmo de los males del Madrid ha aparecido en escena Arabia Saudí con la oferta de la que este periódico ya les dio cuenta el pasado verano. Una oferta que Florentino se negó a escuchar (se remitió a la cláusula de 1.000 millones de euros) pero de la que el jugador sí quiso saber más. Vinicius tiene a su alcance el mayor contrato que nunca se haya firmado en la historia del deporte por esta vía. Entonces, el pasado verano, su intención era seguir triunfando en el Real Madrid, pero quiso escuchar la oferta, saber los pormenores. Sus agentes incluso llegaron a vislumbrar una operación que se puede realizar a largo plazo, en varios años, algo parecido a lo que sucedió entre Mbappé y el Real Madrid. Pues bien, sucesos como el del Balón de Oro son los que pueden llegar al jugador por ese camino, el de Arabia o el de la Premier.
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