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VALENCIA

Una década con Peter Lim, la era del “cangrejo”

Se cumplen 10 años de la llegada de Lim a Mestalla, una etapa en la que el Valencia ha retrocedido y se ha empequeñecido como club.

25/10/14  PARTIDO PRIMERA DIVISION
VALENCIA - ELCHE 
AMADEO SALVO Y PETER LIM NUEVO PROPIETARIO DEL VALENCIA 
PUBLICADA 26/10/14 NA MA27 2COL
DAVID GONZALEZDIARIO AS

Dónde hace diez años había una moqueta de color naranja para que Peter Lim accediera por primera vez a Mestalla, con miles de aficionados recibiéndole cual estrella de cine, el pasado lunes hubo una manifestación con otros tantos miles de aficionados pidiéndole que se marche y un cordón policial para que los futbolistas del Valencia pudieran acceder al párking para retirar sus vehículos. Dónde jugaba un equipo que era octavo en el ránking UEFA y el tercero en la clasificación histórica de la Liga, ahora es la casa del colista, una club que desde este año ya ni aparece en el listado de la UEFA tras no competir en Europa desde 2020 y un equipo al que hace tiempo le pasó el Atlético en la clasificación histórica en España y al que en breve le superará también el Athletic (está a 6 puntos).

“Los hechos hablarán por sí solos, pero vamos a estar aquí por mucho tiempo”. La frase que en octubre de 2014 dijo Layhoon Chan, mano derecha de Peter Lim y presidenta del Valencia por dos veces en la última década, se ha cumplido en su totalidad. Los hechos hablan por sí solos (siete de diez temporadas fuera de Europa) y es también verdad que Peter Lim lleva ya mucho tiempo como máximo accionista del club, una eternidad a ojos de los aficionados. En los diez años de gestión, nada ha ido a mejor. Ni tan siquiera la obra del Nuevo Mestalla se ha reanudado, aunque la aparición de CVC y la todavía aspiración de Valencia de ser sede del Mundial 2030 ha abierto una vía de escape al entuerto.

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Cuando llegó Peter Lim, la deuda del Valencia ascendía a 355,9 millones, al cierre del pasado ejercicio rondaba los 335 millones. La llegada del empresario de Singapur, en la negociación con la entonces Bankia durante el proceso de venta, conllevó una refinanciación de la deuda a largo plazo. Una década después, el Valencia negocia con Goldman Sachs para más de lo mismo. Lim ha invertido hasta la fecha 290 millones de euros. “¿Quién va a pagar 250 millones por el Valencia para ser noveno?”, dijo Amadeo Salvo en la Junta de Accionistas de diciembre de 2023. Pues Lim los ha ‘pagado’ para ser colista. En verdad Lim ha puesto tal cantidad para evitar en estos años que su empresa entrara en causa de disolución, porque ha dado pérdidas en nueve de los últimos diez años.

Amadeo Salvo junto a Peter Lim.
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Amadeo Salvo junto a Peter Lim. DAVID GONZALEZDIARIO AS

Peter Lim se hizo con el 70% de las acciones del Valencia por 100 millones de euros (89 para adquirir las acciones de la Fundació VCF, 5 para devolver a la Generalitat la deuda que la Fundació VCF tenía con ella y otros 6 para destinarlos a las acciones sociales de la propia Fundació VCF). Con el tiempo, ha inyectado otros 155 millones en préstamos que fueron capitalizados (hoy controla el 91,5%) y tiene vigente otro préstamo por 35 millones. Pero, lo dicho, un alto porcentaje de ese dinero posterior a la venta lo inyecto para cubrir las pérdidas que ha generado su gestión. Todo ello habiendo movido en el mercado de fichajes un total de 1105 millones en una década: 572,5 en traspasos, 533 en incorporaciones.

En 10 años, el Valencia ha movido en el mercado 1.106 millones: 572,5 en traspasos y 533,5 en fichajes

EL DATO

Las causas del proceso de venta del Valencia

Peter Lim llegó a Mestalla encumbrado por Amadeo Salvo y respaldado por Aurelio Martínez, entonces presidente de la Fundació VCF, que gestaron un proceso de venta para que el patronato de la Fundació VCF votará a favor de su propuesta (17 a favor, dos en contra), descartando por el camino otras como las de Wanda o Cerberus. La jugada ‘maestra’ fueron esos 6 millones destinados a acciones sociales de la Fundació VCF, dueña de las acciones, porque los patronos lo eran de ella y no del club y por lo tanto les instaron a ‘velar’ por la mejor oferta para la entidad a la que representaban. En verdad, lo que realmente votaron los patrones era a qué comprador le daban las ‘llaves’ para negociar con Bankia. De hecho, tras la negociación de Lim con el banco, un informe de PwC evidenciaba las diferencias (sustanciales) entre su propuesta inicial y el acuerdo definitivo.

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Lim llegó con Salvo, a quienes presentó Jorge Mendes, aunque si el Valencia acabó en venta fue principalmente por las gestiones precedentes. Por la de Juan Soler, cuyos aires de grandeza al son de la burbuja inmobiliaria hizo que ésta le explotara al Valencia en todo su apogeo; por la de Vicente Soriano, que naufragó en su falsa promesa de vender la parcela de Mestalla y quien acabó metiendo de por medio a un fondo llamado Dalport, que olía a mangarrufa desde su propio logo (un águila sacada de un archivo de Word); y también por el mirar hacia otro lado de Manuel Llorente, que se desentendió del problema que tenía la Fundació VCF con Bankia, con un préstamo al que no podía hacer frente y que fue el detonante de la venta del club.

De Dalport a la ampliación de capital

Fue en 2009, cinco años antes de la llegada de Lim, cuando en Valencia, entre Javier Gómez y los políticos de la época, se ideó un plan para evitar que Dalport, esa sociedad fantasma que apareció con Soriano, se hiciera con el control accionarial del club sin poner ni un euro y sin saber sus intenciones, que seguro no eran nada buenas. Lo que se hizo, evitando a su vez que el club entrara en concurso de acreedores, fue poner en marcha una ampliación de capital de 92 millones de euros. La condición es que tenía que completarse en su totalidad, así que en una primera ronda exclusiva para los accionistas se ingresaron 18 millones (por supuesto Dalport no puso ni uno) y lo restante, apenas minutos después de abrirse la segunda ronda, lo adquirió de un plumazo la Fundació VCF gracias a un préstamo concedido por Bankia y avalado por la Generalitat Valenciana. El plan era que ese préstamo se fuera devolviendo con donaciones del club a su Fundació VCF, pero apareció un accionista llamado Andrés Sanchis y denunció que ese traspaso de dinero era ilegal por tratarse de “asistencia financiera”. Así, como el presidente Manuel Llorente se desentendió durante varios años del problema que tenía la Fundació VCF para devolver el préstamo, en cuanto Bankia reclamó a la Generalitat Valencia el pago de los mismos como avalista... el Valencia CF SAD se puso a la venta.

El oasis de la etapa de Marcelino y Alemany

Una década después, la que Amadeo Salvo definió como “una de las dos o tres transacciones más importantes de la historia del fútbol” ha mutado en la profecía del cangrejo que promulgó Marcelino García Toral. Los dos años del técnico asturiano, en el tándem que formó con Mateu Alemany, fueron el oasis en la travesía por el desierto de Lim. En esos años el Valencia se clasificó para la Champions y ganó su único título, una Copa del Rey que el máximo accionista prefirió ‘celebrar’ en Sevilla con David Beckham y no con los jugadores, un trofeo con el que ni tan siquiera quiso fotografiarse cuando se lo llevaron a Singapur para su disfrute. Tras esos dos años con Marcelino y Alemany, empezó el camino hacia la mediocridad deportiva (como se recogía en este artículo).

Peter Lim lleva 1774 días sin pisar Mestalla, en toda su etapa solo ha visto 33 partidos en directo al equipo, y está claro que nunca más lo hará, reconocido en petit comité por la propia presidenta Layhoon Chan. Lim, a pesar de que su desembarco en Mestalla inquietó a los dirigentes del Atlético de Madrid porque se temían que su llegada pudiera darle un salto hacia adelante al Valencia, se ha ganado desde 2019 sentarse en la mesa de Mike Ashley, el que fuera máximo accionista del Newcastle y que acabó siendo persona non grata en St. James Park, donde se festejó con énfasis su marcha. De hecho, convertirse en el Newcastle era el miedo tenía el propio Lim según decía la gente llegada desde Singapur junto a Anil Murthy, cuya contribución para que al murciélago se le pusiera cara de urraca fue máxima durante su presidencia.

Cartulinas de protesta a LIm en Mestalla.
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Cartulinas de protesta a LIm en Mestalla. David González.

Valencia ha pasado de casi ver a la hija de Lim, Kim, como aspirante a Fallera Mayor, en los días en los que visitaba la ciudad con sus amigos ‘influencers’ hasta que en un recinto hotelero les dejaron de hacer reservas y comenzó a sentir la ira de los aficionados en sus redes sociales, a movilizarse como nunca en su historia había hecho la afición blanquinegra contra ningún gestor. El nacimiento de la plataforma LibertadVCF trajo consigo tres manifestaciones multitudinarias por las calles de la ciudad, tres conatos de vaciados de Mestalla, miles de carteles amarillos de “Lim Go Home” y unas protestas en el minuto 19 de los partidos que al compás de los resultados se prolongan durante los 90′. Mestalla no está dormida, pero los 12.000 kilómetros de distancia entre Mestalla y Singapur restan inmediatez al impacto de sus protestas.

La etapa de Lim en Valencia, por ese desarraigo irreconciliable con la afición, está sentenciada, aunque el lamento de la parroquia blanquinegra es que todavía no tiene fecha de caducidad ni está en su mano ponérsela. Eso lo decidirá el propio Lim. Desde las oficinas insisten en decir que el Valencia no está en venta, aunque tal como informó AS los inputs que le llegan a fondos de inversión interesados en adquirir clubes es que lo estará antes que después. Al menos así los transmiten los “hechos” de los que hablaba Layhoon Chan hace diez años a las agencias especializadas en la intermediación de compra-venta de clubes. Ellas inclusive hablan hasta de un precio que oscilaría entre los 350 y los 400 millones, más asumir los costes de construcción del Nuevo Mestalla (se cifra entre 170 y 190 los millones) y la deuda que en breve se tendrá con Goldman Sachs una vez sus fondos refinancien la actual con CaixaBank. Pero hasta que Lim no diga “me voy” del Valencia SAD, del Valencia CF... o mucho cambia la cosa o solo quedará su historia.

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