SUPERCOPA | REAL MADRID-VALENCIA
Una Copa de alivio
Real Madrid y Valencia, con bajas, dudas y algunas cuentas pendientes entre sus técnicos, abren hoy la Supercopa con propósito de enmienda. Kroos y Guillamón, mediocentros de urgencia.
Carlo Ancelotti dirigió durante ocho años y 323 partidos a Gennaro Gattuso. Solo Pirlo estuvo en más encuentros a sus órdenes. También se vieron frente a frente tres veces en los banquillos (Ancelotti, en el del Nápoles; Gattuso, en el del Milan) y la cosa acabó en empate (una victoria por bando y unas tablas) y en un distanciamiento reconocido públicamente ayer por el técnico del Madrid. “Un problema personal”, sin más aclaraciones. Tienen, pues, cuentas que ajustar y poco que esconder en el duelo que les mide hoy en Riad, con los dos equipos muy lejos de su mejor momento (sigue el partido en directo en As.com).
El Valencia lleva tres años fuera de Europa, ha jugado seis Supercopas y solo ha ganado una (en el siglo pasado, 1999), camina undécimo en la Liga, mucho más cerca de la zona de descenso que de Europa, y desde 2008 solo ha conquistado un título, la Copa del Rey de 2019, con Marcelino como técnico. En esos quince años transcurridos han desfilado por su banquillo 14 entrenadores, más Voro, bombero en siete etapas diferentes. Todos estos datos hablan de una clarísima urgencia histórica en un clima prolongado de descontento social. Gattuso despertó una cierta ilusión en sus primeros meses pese a la constante devaluación del equipo, que en verano perdió a dos de sus principales figuras, Guedes y Carlos Soler. Pero los últimos meses han resultado muy poco provechosos. Desde mediados de octubre, el equipo solo ha ganado uno de sus ocho partidos de Liga.
Los lesionados
Así que el encuentro le llega en mal momento. Ese ardor guerrero que tanto apreciaba la grada de Mestalla ha dejado de tener efecto y, además, en apenas una semana, se ha encontrado con dos bajas de impacto: Nico González, con una fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo, y Samu Castillejo, con una fractura de muñeca. Así que la conversación en las últimas horas ha girado hacia el mercado y no tanto hacia el partido. Guillamón, como mediocentro, y Kluivert, en la banda derecha, con alguna opción para Lato, sustituirán a los caídos. A este le acompañarán en punta Cavani y el cedido Samuel Lino, la mejor noticia de la temporada. Tampoco caben reproches al uruguayo, que llegó tarde y sufrió una lesión en un tobillo, pero ha metido cinco goles en apenas 604 minutos. Los seis máximos anotadores del equipo son fichajes de este verano.
También el Madrid llora sus bajas, especialmente la de Tchouameni, que sin Casemiro no tiene un relevo natural en la plantilla. Para el papel queda Kroos, que hay jugado como mediocentro en cuatro de sus veinte partidos del curso y ha funcionado: cuatro victorias, 14 goles a favor y dos en contra. Cuando Kroos llegó al Madrid apenas había disputado tres partidos en ese puesto en el Bayern y fue Ancelotti quien le hizo debutar como pivote en la Supercopa de Europa de 2014 frente al Sevilla, con Modric y James Rodríguez como acompañantes. Aquel día deslumbró. A una pregunta de si al alemán le disgusta el papel, el italiano respondió este verano: “A mí no me lo ha dicho. Y si me lo dice, no pasa nada… juega igual”. Tampoco Tchouameni ha roto en gran figura en su corta andadura en el Madrid. Ha jugado todos los partidos menos dos y no ha marcado ningún gol, un pequeño desmentido a esa etiqueta de llegador que trajo del Mónaco, en el que en su última temporada hizo cinco tantos.
Ocasión para Nacho
También faltará Alaba, cuyo rendimiento ha caído en picado en lo que va de temporada. El propio Ancelotti confesó ayer su preocupación por la pérdida de solidez defensiva, punto de partida de su éxito. Y es duda Mendy, que no se entrenó ayer en Riad. En Villarreal también se le vio a bajo cero. Lo uno y lo otro casi obligan al técnico a tirar de Nacho, a cinco meses de la finalización de contrato y con su futuro en el aire. Siempre queda la sensación de que juega menos de lo que merece, pero Ancelotti tira de él más de lo que parece. La pasada temporada intervino en 42 partidos. Solo una vez, con Zidane, había estado en tantos encuentros en una misma campaña. Hoy puede tocarle el papel de lateral, que le encaja peor, pero es difícil encontrarle un mal partido. Con él, el equipo duerme tranquilo.
El Madrid, que aspira al sextete, tiene la presión extra de defender el título. Lo ha ganado dos de las tres veces con el formato actual. La primera, en 2020, comenzó con una victoria contundente ante el Valencia (3-1) sin Benzema y con cinco centrocampistas, fórmula que entusiasmó aquel día y no prosperó después. Hoy no irán por ahí los tiros. Valverde será el tercer medio y el Madrid jugará con tres puntas, buena noticia para Rodrygo, al que la lesión de Benzema ha permitido ser titular ya 16 veces. Sus ocho goles y cinco asistencias lo justifican.
El Valencia se enfrenta a su historia reciente. No le gana al Madrid fuera de Mestalla desde 2008, con Koeman en el banquillo. Lo bueno del fútbol es que no hay estadística que no se lleve el viento.