Un “Van Dijk” en la recámara

Sin Rüdiger y Alaba, cantera. No hay más. El mercado cerró la ventana, pero el Madrid había clausurado el suyo hace tiempo. Y ahí, en La Fábrica, un nombre por encima del resto: Jacobo Ramón (20 años). “Vamos a confiar en él”, asegura Ancelotti. Y estará ante el Leganés. No es una novedad. Contra el Salzburgo cumplió su sueño de debutar con el Madrid. Un estreno que habría llegado antes de no ser por unos problemas en el sóleo, primero, y en un tendón, después, que le hicieron disputar sólo un puñado de minutos en el amanecer del curso. Es más, en los planes de pretemporada estaba por delante de un Asencio que ahora marca el camino a la cantera. Pero tras ese inicio espinoso, año nuevo, Jacobo nuevo.

Y, de paso, Castilla nuevo. Porque con él sobre el campo ha llegado el esprint: tres victorias y un empate en cuatro partidos. Un camino de baldosas amarillas para empezar a soñar en plata (a dos puntos del playoff) y huir del infierno, con el káiser madrileño como pieza capital. En defensa y en ataque: doblete de cabeza al Villarreal B mediante. Porque eso, el juego aéreo, es uno de sus puntos fuertes. Ayudan sus 196 centímetros. Otro es su aseado trato de balón, una zancada que le permite hacer las veces de lateral derecho (lo fue en el Europeo Sub-19 que España alzó en verano) y capacidad de anticipación. Un cóctel que, junto a su potencial, hace que Arbeloa, una de las figuras clave en su desarrollo, le llame cariñosamente “Van Dijk”.

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Ahora es Raúl el que disfruta de un Jacobo vertebral para solidificar los cimientos del Castilla y también Xabi Alonso le moldeó cuando coincidieron en el Infantil A, pero desde el primer equipo no se le quita ojo. No por la lesión de Rüdiger que le va a permitir coger el ascensor de manera habitual durante estas tres semanas, sino que viene de lejos. En la pretemporada ya debutó de manera oficiosa y dejó unas estupendas sensaciones en los entrenamientos. Tanto que, como decíamos, de no haber mediado lesión le hubiera llegado la oportunidad cuando Militao se rompió el cruzado. Ahora tiene una de oro con traspié de Rambo y Alaba. Y con posibilidades de salir de inicio. “En caso de emergencia, tenemos a Jacobo”. Palabra de Ancelotti.

Con cartel en Europa

En el primer equipo ha sido uno más durante muchos tramos y volverá a serlo. Aunque hay tres figuras que tienen un peso especial: Alaba, con quien ha estrechado lazos durante sus procesos de recuperación; Rüdiger, su padrino y maestro durante sus incursiones con los mayores; y un Davide Ancelotti que le ve hechuras de central de talla mundial. Por algo varios equipos, alguno puntero de Europa, han tocado la puerta de Jaco en los últimos mercados. Han tanteado su situación, pero tanto el jugador como su entorno sólo piensan en blanco. Y desde el Madrid es una apuesta de futuro blindada hasta 2028. Por suerte para Raúl... y para Carletto.

Un producto mimado en Valdebebas... que estuvo cerca de salir a los 15 años. ¿Por qué? Jacobo llegó a La Fábrica con 8 años. Siempre fue una gran promesa, pero no siempre ‘miró por encima del hombro’ a sus compañeros. De niño tenía una estatura media, hasta que pegó el estirón. Ello le acarreó problemas por el crecimiento y le hicieron estar un año sin jugar. Un momento en el que Alfredo Merino, una figura importante de La Fábrica por aquel entonces, tuvo dudas sobre el chico, pero desde el club se vio el potencial y Jacobo se quedó. Desde entonces no ha dejado de crecer. Literal y metafóricamente. Y ahora, en su horizonte, aparece el partido copero contra el Leganés...

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