Un Girona terrenal choca con el techo
Ya lo dijo Juanito: ‘90 minuti en el Bernabéu son molto longo’. Y al Girona se le hicieron eternos. Los de Míchel estuvieron desconocidos y superados por un Real Madrid que subió el nivel y fue inalcanzable para los gerundenses. Llegó el Girona a Madrid ilusionado y soñando con asaltar el liderato y tardó solo siete minutos en darse cuenta que no iba a ser el día. Ni un solo tiro en la primera mitad, con Dovbyk desconectado (no le llegó un balón en condiciones pese a que el Madrid jugó sin sus centrales naturales), Iván Martín perdido, Savinho desconocido y Yan Couto desastroso. Su banda fue el Edén para Vinicius y todo el Madrid.
No tener a Míchel en la banda a pie de césped (estaba sancionado) fue demasiado para el Girona. No debe servir de excusa porque el planteamiento tampoco fue acertado, pero sin él oliendo a sus jugadores, como le gusta decir, se vio un equipo perdido. Sin reacción. Se pasó de expectativas y, de nuevo, en un encuentro gigante salió escaldado, como le pasó en Mallorca en la Copa del Rey. Eso sí, que esta derrota no impida ver el bosque. Porque el de los gerundenses es frondoso. Su curso es idílico, espectacular, y lo que hay que hacer es no mirar al techo, sino hacia abajo. Hasta 18 equipos querrían lo que tiene ahora el Girona. Pase lo que pase en lo que queda de jornada va a seguir como segundo clasificado y con el sexto, el Betis, a 18 puntos. El Madrid es la kryptonita. Demasiado currículum.