Un derrumbe inesperado
El ‘crac del 27′ tuvo un póker de decepciones: Huijsen, Carreras, Tchouameni y Valverde. Los defensas se desplomaron. Y lo del ‘Halcón’ ya empieza a ser de alerta naranja

Fallaron hasta los que no suelen fallar. Los seguros, los servicios mínimos. Huijsen, Carreras, Tchouameni y Valverde. Un póker de decepciones que entristece aún más la tristeza del Metropolitano. El crac del 27 −de septiembre de 2025−. Una tarde que agitas las dudas en el equipo. Anduvieron erráticos, débiles y sin personalidad. A cada cual con su caso. Pero ninguno en su nivel. El derrumbe del Madrid fue inesperado. El de estos cuatro, mayúsculo.
Carreras fue el tercero que más balones perdió (12). Un futbolista que venía siendo un seguro. Que venía derrochando una “personalidad”, en boca de Xabi Alonso, deslumbrante. Pero se deshizo como un azucarillo. Débil en defensa y nervioso en la salida de balón. Tuvo tramos de buena asociación con Vinicius, pero fueron destellos. Otro dato: hizo un centro en todo el partido. Uno. Rodrygo, pese a jugar 20′, puso cuatro. El suyo fue un partido para olvidar.

Un agujero
Como el de Huijsen, el jugador que más balones perdió (13). Y que este dato habite en él, dice mucho. El hombre que acostumbraba a superar el 90% de acierto en pases. El central que es un centrocampista, siendo central. Huijsen no fue Huijsen. Lento al corte, descolocado en más de una ocasión y fallón en la salida. Para colmo, el segundo gol: Sorloth le gana la espalda con una facilidad pasmosa. Todo, en una acción que era un centro previsible. Suspenso bajo.

Cero recuperaciones
También decepcionó Tchouameni. Un futbolista que venía, precisamente, reforzando su nombre tras años caminando por un sendero empedrado. Al igual que Dean, la facilidad con la que Le Normand le gana el salto en el 1-0 es impropia. Una intervención dócil y demasiado en estático. Su partido se resume en un dato: recuperó cero balones. Cero. Güler, cuatro; Mbappé, dos y Valverde, tres; por ponerlo en perspectiva. Pero Aurélien, ninguno. Mal como pivote y mal como central. Mal, por debajo de lo que venía estando.

Expediente V
Y el cuarto, Valverde. Probablemente el mayor Expediente X −o V− de esta temporada. El asunto empieza a preocupar entre la afición. Se le ve incómodo, descolocado, apagado. Con la sensación de no saber ni dónde estar, ni qué hacer exactamente. No brilla en la creación, tampoco en la recuperación y para colmo, no dispara. Porque podía estar desubicado, pero agitando esas alas que le caracterizan, ese potentísimo disparo desde larga distancia. Tampoco. Fede está tan discreto, que no es Fede.
Valverde firmó un 92% de acierto en pases que se tradujo en poco o nada. Mucha horizontalidad. Mucha zona de confort. Sólo realizó un regate y terminó el partido sin chutar a portería. El Madrid fue humillado en el Metropolitano. Y aunque Xabi Alonso se marchó haciendo una especie de homenaje a los Monty Python y su ‘busca siempre el lado positivo de las cosas’, una escabechina de esta magnitud deja poco margen para tal propósito. Fallaron hasta los que no suelen fallar. Huijsen, Carreras, Tchouameni y Valverde. Los seguros, los servicios mínimos. Póker de decepciones, dentro de la gran depresión.
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