46ª TROFEO COSTA BRAVA | GIRONA-LAZIO
Tsygankov y Stuani ponen en vuelo al Girona hacia la Liga
El bloque rojiblanco fue muy superior a una Lazio que jugó con diez, desde el 66′, por la roja a Zaccagni. La ley del ex, con el gol de ‘Taty’ Castellanos, fue insuficiente. Los de Míchel dicen adiós a la pretemporada invictos.
El Girona llegará al estreno de Liga como un tiro. Y repleto de moral. El bloque de Míchel mostró una gran imagen ante la Lazio, siendo muy superior, y ganando, por lo que el 46ª Trofeo Costa Brava se quedó en casa, en Girona. Los tantos de Tsygankov y Stuani dejaron sin efecto la ‘ley del ex’ porque ‘Taty’ Castellanos marcó en su regreso a Montilivi. Fue un duelo intenso, con broncas innecesarias por momentos y el papelón de Maurizio Sarri (se marchó antes del final del duelo molesto con el árbitro), pero se vio a un Girona muy reconocible, que fue lo importante. Míchel quiere un equipo con personalidad y valiente y el camino para lograrlo está siendo idílico. Se acabó la pretemporada con siete partidos en las piernas y un balance para enmarcar: cinco victorias (Olot, Sheffield, Blackburn Rovers, Andorra y Lazio) y dos empates (Andorra y Nápoles).
El duelo fue una fiesta y todo arrancó con un homenaje a ‘Taty’ Castellanos, rojiblanco el curso pasado y ahora en la Lazio. Muy atento a ello estuvo su ‘sustituto’: Artem Dovbyk. Por la mañana se hizo oficial el fichaje del delantero ucraniano hasta 2028 y por la tarde, en este Trofeo Costa Brava, debutó. Eso sí, no fue hasta la segunda mitad. De inicio, Míchel presentó un bloque que bien podría ser el titular dentro de seis días en el estreno liguero contra la Real Sociedad. Y una de las claves desveladas es que a la espera de la llegada del ‘nuevo’ Oriol Romeu, el técnico apostará por el doble pivote formado por Aleix García y Yangel Herrera. Ambos, con la ayuda de Iván Martín, se adueñaron del centro del campo contra la Lazio y el Girona, por momentos, bailó al vigente subcampeón italiano. Savinho, por la banda izquierda, demostró su descaro y calidad y le dio el partido a Lazzari porque se le fue una y otra vez en el uno contra uno. El problema fue que sus centros apenas encontraron a sus compañeros. Cómodo estuvo el bloque gerundense sobre el terreno de juego, todo lo contrario de una Lazio en la que Luis Alberto no tuvo un excesivo contacto con el balón e Immobile no se dejó ver en el área rival. Sí lo intentó Zaccagni, pero Gazzaniga no tuvo que intervenir en toda la primera mitad. Provedel, meta del equipo italiano, tampoco lo hizo en exceso porque todo se quedó en ‘uy’, como los intentos de remate de Stuani y David López.
Durante el descanso, el único equipo que movió el banquillo fue el Girona: salió Iván Martín y entró Yan Couto. Pero quien emergió con fuerza y demostró que volverá a ser uno de los jugadores a seguir en Primera es Viktor Tsygankov. Míchel le colocó por detrás de Stuani, de mediapunta, y tardó tan poco en lucir que en el 51′, recogió el balón fuera del área y, con un zurdazo, hizo el 1-0. Montilivi pasó a ser una fiesta, con 8.295 espectadores, aunque instantes después se ensució un poco por una bronca que tuvo como protagonistas a Savinho y Luis Alberto. Fue el preludio de un episodio poco habitual en un amistoso y es que Zaccagni fue expulsado, en el 66′. Llegó tarde a una acción con Arnau Martínez y vio la segunda amarilla. Ello provocó un gran enfado en Maurizio Sarri y dio la sensación que el técnico quiso llevarse al equipo del campo. Fue un amago porque el duelo siguió. Y no cambió nada, con el Girona mandando y sucedió lo lógico: el 2-0. Christian Stuani, en el 70′, buscó su espacio dentro del área y, con un cabezazo portentoso, firmó el 2-0. Tras ello, momento ideal para ver el estreno de Dovbyk y Míchel le hizo coincidir con Stuani. También estaba ya sobre el terreno de juego Castellanos, con la camiseta de la Lazio, y se constató que la ley del ex no falla ni en pretemporada. Hizo el 2-1 con un buen remate tras el centro de Lazzari. Los últimos minutos fueron interesantes y hubo tiempo para ver marchar a Sarri, un destello de Pablo Torre, en el 87′, y cómo perdonó el 3-1 en la última jugada.