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Tres décadas del Caso Bosman: “Se pegó un tiro en el pie, pero abrió un camino”

AFE reúne a expertos en derecho deportivo para analizar aquel hito judicial. Alemany advierte sobre FIFA y UEFA: “Si siguen así, el fútbol irá al modelo americano”.

Juan de Dios Crespo, abogado, habla sobre el Caso Bosman en encuentro organizado por AFE.
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Ruby Arés
Redactor en la sección Fútbol. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. En AS desde 2016, pasó por las secciones de Fútbol y AS.com. Cubre la parte política del fútbol (LaLiga, RFEF, AFE...), además de prestar atención a la deportiva (Primera, Copa del Rey, fútbol modesto...) y al arbitraje.
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Hace casi ya tres décadas que cambió el fútbol mundial. Una resolución judicial, conocida como el Caso Bosman, permitió que los jugadores que terminasen contrato con un equipo pudieran marcharse libre, sin que el club pudiera reclamar una cifra por traspaso. Una consecuencia que transformó totalmente el sistema de traspasos en el fútbol mundial. “Cambió y mucho las reglas de juego”, afirma David Aganzo, presidente de AFE en la inauguración del coloquio del Caso Bosman organizado por dicho sindicato. Aunque en el tablero del fútbol actual hay otros elementos que puedan también cambiar el ecosistema, como es la Superliga.

Matteo Zacchetti, responsable de la Unidad de Deporte de la Comisión Europea, hizo un breve análisis de la situación de los jugadores antes de Bosman, para recalcar la magnitud de la sentencia: “En los años 90 los jugadores eran un poco rehenes de sus equipos. Ahora hay más maneras de salir. Bosman pagó un precio muy alto personal y profesional por liberar a sus colegas de un sistema muy injusto. Fue una batalla legal de cinco años y durante ese tiempo fue excluido por la Federación belga. Le marcó profesionalmente”. El reputado abogado Juan de Dios Crespo apuntó: “Bosman se pegó un tiro en el pie, pero abrió un camino. No fue respetado por los que vinieron después. Bosman son sus consecuencias posteriores”.

Mateu Alemany, que ha ocupado cargos de dirección en Mallorca, Valencia y Barcelona, añadió: “En los años 80, los futbolistas estaban retenidos, no podían irse del club terminando contrato. La situación anterior era terrible”. Aunque Alemany destaca que hay políticas actuales que siguen perjudicando a todos los actores: “La cláusula de retención no nos protege, nos perjudica. Me encantó la cláusula de mil millones de euros porque era una manera de decir pacte conmigo”. Pidiendo que se abra el mercado para que sea más beneficioso para todos: “Lo cierto es que la Selección ha tenido éxito a partir de Bosman. Solo se veía que iban a venir extranjeros e hizo que los españoles fueran globales y subieran su nivel. En la Selección hay siete u ocho que juegan fuera. No tiene sentido es que se siga limitando y no se abran los mercados. No hay un efecto pernicioso para el jugador español. El efecto puntual del Caso Bosman para la económico de los clubes fue excelente. Al abrir el mercado hubo mayor oferta y mejores precios. Se accedieron a más jugadores. En un efecto corto el jugador español se vio en una posición de inferioridad porque no tenía esa posición de fuerza, pero ese efecto se ha diluido”.

Zacchetti advierte de los retos del presente y futuro en Euopa: “La gobernanza del fútbol atraviesa una crisis importante. El Caso de la Superliga, Diarra y otros que vendrán. Los actores del fútbol deben diseñar un nuevo modelo de fútbol de gobernanza que garantice una paz duradera. La UE debe ser garante y promotora de un modelo inclusivo, abierto y solidario. Hay que defender los derechos de miles de millones de personas dentro y fuera de los terrenos de juego”. A lo que añade Juan de Dios Crespo: “Ya no existe que uno ha ganado y otro ha perdido. La UEFA y la Superliga dijeron que cada una había ganado. La UE ha sido muy cuca y ha decidido hacer un balance de intereses para que nos sentemos y negociemos”.

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Respecto a esas negociaciones, Alemany advierte de la importancia de reconocer a cada actor su peso: “FIFA y UEFA han tenido una visión de luces cortas. Ha faltado interlocución con los clubes. El lio de la Superliga viene de no dar importancia a los clubes profesionales, que son el motor. Se les ha marginado. Ha faltado ese diálogo y respeto a los sindicatos y clubes en temas como el de los calendarios. No se les tiene en cuenta a clubes y jugadores que son los actores de esto”. Y añade: “La MLS está regulada completamente por los clubes y la Federación no pinta nada. Es un modelo radical, pero cuidado que es extrapolable. Ahí viene el concepto Superliga. Se debe entender por parte de los que regulan que esto ha cambiado. Los jugadores y los clubes son los actores, no se puede regular los derechos y calendarios sin darle a ellos el valor real. Si siguen así, se va a buscar el efecto inverso y se va a ir al modelo americano. La Comisión Europea tiene que ver que estos señores tienen razón. Los propietarios se juegan un dineral. El camino es el diálogo desde posiciones sabiendo de quién es cada uno. Los clubes y los jugadores son los actores y deben tener un peso fundamental. No se pueden tomar decisiones sin un acuerdo con ellos”.

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