Torres se gana el sitio
El canterano cumplió en los siete partidos ligueros disputados con el Real Valladolid después de que el club decidiera que fuera el cuarto central.
Cuando el Real Valladolid decidió dar salida a Zou Feddal en el pasado mercado invernal, lo hizo a sabiendas de que el sustituto estaba en casa. Así lo manifestaron de viva voz los portavoces deportivos del club cuando el 31 de enero el contrato del marroquí fue rescindido. “Torres está preparado”, vinieron a decir. Desde entonces, los siete partidos que totalizó en competición liguera, a los que hay que sumar dos apariciones en Copa del Rey, confirman que su sitio está en la primera plantilla.
Los distintos problemas atravesados por los centrales de la primera plantilla y por Martin Hongla, solución de emergencia que fue alternativa durante varios encuentros, le llevaron a participar en varios partidos de alta exigencia por la calidad del rival, empezando por su debut en el Civitas Metropolitano ante el Atlético de Madrid, pasando por su media hora en el Bernabéu o por una nueva titularidad ante el Sevilla hasta disputar las tres últimas fechas, en las que el Real Valladolid se jugaba la vida.
Ciertamente, los 381 minutos disputados en Liga no suponen una cifra demasiado elevada, pero si uno tiene en cuenta el contexto percibe cómo Torres fue el cuarto defensa en edad sub’20 con más participación en Primera, solo por detrás de Arnau Martínez (Girona; 2.739 minutos), de su compañero Fresneda (1.774) y de Kaiky (Almería, 585). Mientras tanto, en la categoría a la que se ha visto abocado el Pucela tras su mala temporada, la Segunda División, solo tres sub’20 acumulan más tiempo de juego que él... y los tres son laterales: Juanlu Sánchez (Mirandés; 2.793′), Marc Pubill (Levante; 1.521′, sin contar el playoff de ascenso) y Diego Sánchez (Sporting; 1.346′).
Con todo, aunque en un contexto de necesidad y pobre rendimiento global es difícil medir su impacto, Torres mostró en sus apariciones algunas de las buenas condiciones vistas en su etapa en Los Anexos, donde recaló siendo solo un niño. Por ejemplo, fue resolutivo en las disputas aéreas en choques como el del Getafe, de máxima exigencia en ese tipo de acciones, y contundente a la hora de sumar despejes ante rivales como Atlético de Madrid o como el Barcelona, con Morata y Lewandowski a la cabeza, contra quien cuajó, seguramente, su mejor actuación.
El estatus que fue adquiriendo desde aquella decisión tomada en enero le situó, de facto, como un jugador más del primer plantel, ya que a los cinco encuentros disputados le añadió nueve en los que estuvo en el banquillo para un total de 26 a lo largo de la temporada. Con el Promesas, a cambio, redujo su participación de tal manera que solo jugó siete ocasiones más a las órdenes de Baptista, lo que refuerza la idea de que la campaña venidera su sitio, de pleno derecho, tiene que estar en el primer equipo.