Tchouameni: luces y sombras
Tras cuajar buenas actuaciones ante Betis, Atlético de Madrid y Barcelona, Aurélien bajó su nivel. Volvió a entrenarse con el grupo esperando entrar en la convocatoria del equipo blanco para jugar en Vallecas.
Aurélien Tchouameni (22 años) regresará esta semana a una convocatoria del Real Madrid. El pivote francés, que se ha perdido los dos últimos partidos de los blancos (ante el Girona y el Celtic, ambos en el Bernabéu) debido a una sobrecarga muscular, está de vuelta. El centrocampista regresa así con el resto de sus compañeros en este tramo final liguero antes del parón por el Mundial de Qatar. No se sabe si será de la partida o empezará en el banquillo, algo que ha hecho hasta el momento en dos partidos de los 19 encuentros oficiales que han disputado los blancos entre Liga, Champions y Supercopa de Europa.
Aurelien ha participado en 16 partidos (el 84,21% del total), con 14 titularidades y dos relevos. Se ha perdido tres encuentros, dos de ellos, los dos últimos además, por lesión (sobrecarga), estando en el banquillo en un encuentro, en la victoria madridista ante el Mallorca (4-1).
A lo largo de estos casi tres meses de competición, Tchouameni ha mostrado un camino de luces y sombras, con actuaciones destacadas (por ejemplo en su estreno en el Bernabéu ante el Betis 2-1) con otras en las que pasó desapercibido (por ejemplo en la derrota ante el Red Bull Leipzig).
Tchouameni ha sido el fichaje estrella de los blancos en el pasado mercado veraniego de fichajes. El Real Madrid pagó por él 80 millones de euros (más bonus), y poco a poco se ha ido ganando el cariño y el respeto de la afición, que le empezó a mirar con lupa al considerarlo sucesor de Casemiro. El francés, tras un tibio inicio, pronto se ha ido aclimatando a la ciudad, a la idiosincrasia del equipo, a lo que quiere Ancelotti de él y a sus compañeros. Aquí hay que destacar la labor del entrenador italiano sobre su jugador. Tras un comienzo lleno de nervios ante el Almería, el técnico hizo varios apartes con él, primero para serenarle y luego para exigirle. La respuesta llegó en la tercera jornada, donde metió un pase formidable a Vinicius para que éste abriese el marcador ante el Espanyol. Siguió con su formidable debut en el Bernabéu ante el Betis y con la maravillosa asistencia dada a Rodrygo para empezar a decantar el derbi a favor de los blancos: un balón picado ante la blanda defensa rojiblanca para el remate del brasileño. Y una destacada actuación ante el Barcelona.
Pero desde entonces ha ido alternando buenas apariciones con otras más irregulares, caso de los partidos ante Osasuna y Sevilla. En ambos fue el primer cambio. En el primero fue sustituido por Valverde (minuto 53, un par de minutos después del gol rojillo) y en el segundo, con empate en el marcador, por su compatriota Camavinga (minuto 65, diez minutos después de que los sevillistas lograran igualar el marcador y ya con la única tarjeta amarilla que ha visto). Cierto es que su rendimiento ha disminuido conforme se ha ido acercando el arranque del Mundial, algo que ha molestado en cierta manera a Ancelotti, que le ha sustituido en tres de los cinco últimos partidos que ha jugado de inicio. Hoy podría entrar de nuevo en una convocatoria. Hay que hacer un último esfuerzo antes del parón...