Stuani, un pichichi con la mochila sin fondo
El delantero uruguayo ha sido el pichichi, con cuatro tantos, de la pretemporada del Girona. Arranca la temporada con sensaciones inmejorables y tiene una meta muy clara: llegar a los 100 goles en Primera. Lleva 91.
¿Cuándo se le hará una estatua a Stuani en Girona? Es una de las preguntas más repetidas en los últimos años una vez empieza a rodar el balón de LaLiga. El charrúa, que firmó por la entidad rojiblanca en 2017, está inmerso en su séptima temporada en un club que no solo le relanzó como futbolista, sino que le confirmó como un auténtico goleador. Su voracidad es para enmarcar y es que, en 212 encuentros con la camiseta del Girona, ha firmado 116 goles. 91 de ellos han sido en Primera, por lo que este curso tiene un reto claro: llegar a los 100.
No es una cifra nada descabellada para un Stuani que pasan los años y sigue haciendo goles. Esta pretemporada, sin ir más lejos, se ha erigido en el pichichi del equipo con cuatro tantos. Este sábado, contra la Real Sociedad, será el titular y va a llegar sin frenos. No sería extraño que alcanzase los 100 tantos en Primera porque en cinco de los seis cursos previos al actual, como gerundense, ha superado la cifra de diez goles. Se quedó a uno, con nueve, en la anterior pero es que las lesiones le pasaron factura. Esta campaña está con ganas e ilusionado. Tiene como reto asentar al Girona en Primera y demostrar que tiene cuerda para rato. Como mínimo, hasta 2026, que es cuando expirará su contrato con el conjunto rojiblanco.
Su techo goleador con el Girona son los 29 tantos que firmó la temporada 2019-20, en Segunda. Algo ha llovido porque ahora disfruta de Primera y en la entidad rojiblanca tienen claro que a su historia todavía le quedan páginas en blanco por escribir. Es, de momento, el tercer máximo goleador uruguayo en la historia de Primera tras Luis Suárez (179) y Diego Forlán (128) y si un cántico retumba en Montilivi cada que marca es el de “ni Suárez ni Cavani, Christian Stuani”. Míchel siempre que tiene ocasión le alaba y es que luce el brazalete dentro y fuera del terreno. Se ha erigido en un líder que sabe guiar a los más jóvenes y en los últimos días no ha dudado en estar cerca de Artem Dovbyk. Ambos compartirán la delantera este curso. Una dupla que seguro dará muchas alegrías a la afición del Girona.