Soumaré engrana la maquinaria de Quique

José Luis Mendilibar y Boubakary Soumaré no se entendían. Literal. El Sevilla había aprovechado que el jugador se había declarado en rebeldía por no querer jugar con el Leicester en la Championship y Víctor Orta se fue a por él lanzado, también bajo las estupendas recomendaciones del entrenador del club inglés, el exsevillista Enzo Maresca, quien por cierto va camino de ascender a la Premier al sacar nueve puntos al segundo pese a la reciente derrota contra el Middlesbrough por 1-2. Con el veterano entrenador vasco no rascó bola y fue Diego Alonso, de infausto recuerdo para el sevillismo, quien sí empezó a contar con él dándole galones y desde entonces es titular indiscutible en la Liga, donde sólo se ha perdido tres encuentros: empate con el Villarreal (1-1), derrota dolorosa contra el Athletic (0-2) y tropiezo más cruel aún con el Girona (5-1).

Con Quique Sánchez Flores juega siempre y se ha convertido en uno de los engranajes de la maquinaria defensiva. Soumaré tiene buen toque y es más un box to box que lo mismo defiende que saca el balón y finaliza una acción en ataque, pero los contratiempos han obligado a que su libertad sobre el verde sea coartada por necesidades del equipo. La marcha de Fernando a Brasil y las lesiones de Gudelj, precisamente actuando en la medular contra el Athletic, y de Agoumé, cuyas virtudes son más en la resta que en la suma como demostró frente a Osasuna y Rayo, han provocado que el galo de origen senegalés, que el 27 de febrero cumplirá 25 años, haya retrasado su posición hacia la de pivote.

Aunque se espera que aún aporte más al equipo de aquí a final de curso, su adaptación va a más y su colaboración en en la retaguardia han permitido que los centrales vivan más arropados; de hecho, el Sevilla sólo ha encajado dos tantos en los últimos cuatro compromisos ligueros y no ha perdido ninguno de ellos. Buena parte de responsabilidad reside en Soumaré, que espera ansioso que Gudelj y Agoumé regresen a final de mes o a inicios de marzo para recuperar su posición natural más adelantada.

La operación a préstamo con el Leicester concluye el 30 de junio y, si Soumaré mantiene el tono o incluso mejora el nivel en estos últimos 13 duelos ligueros, es posible que el Sevilla intente negociar con el club inglés para reducir las cantidades para poder ficharlo. El acuerdo en verano incluía una cláusula de compra por 14 millones, demasiado dinero para las magras arcas nervionenses, ya que por segunda vez en los últimos 20 años se quedará salvo sorpresón fuera de competición europea. Ahora bien, quizás el Leicester no quiera que vuelva un jugador que se negó a competir en la Championship y facilite la operación para que continúe en Sevilla, donde Quique tiene firmado un año más y puede convertirse en otro de los valedores para que Soumaré no cambie de residencia la próxima campaña.