Sin Pedri en el tablero
Xavi tiene que decidir cómo resuelve la baja de su jugador predilecto durante un mes. Si insiste en el cuarto centrocampista o vuelve al tercer delantero. En Old Trafford, además, falta Gavi.
Más allá de lo que significa futbolísticamente su ausencia, de forma tangible (diez puntos en la Liga gracias a sus goles) e intangible (el juego del equipo pasa por él), la ausencia de Pedri supone un dilema para Xavi, que debe decidir estos días cómo afronta tácticamente la ausencia del canario el próximo mes. El Barça había encontrado el equilibrio y la paz futbolística con sus fabulosos cuatro: Busquets, De Jong, Gavi y Pedri. Ahora falta el 8 del Barça y, además, en Old Trafford tampoco estará Gavi. El cuadrado no es lo mismo con Kessié y Sergi Roberto; y Pablo Torre no está teniendo oportunidades como para, súbitamente, jugar contra el United.
Así que, admitiendo que ante el Cádiz lloverán las rotaciones, la primera gran decisión de Xavi llegará en Manchester. Allí deberá escoger entre jugar con Kessié y Sergi Roberto acompañando a Busquets y De Jong o, buscando un perfil distinto, de equipo más rápido, regresar a los dos extremos abiertos y el nueve. Ferran Torres y Raphinha podrían acompañar a Lewandowski. El equipo tendría menos control (Busquets, De Jong y Kessié formarían el centro del campo), pero ganaría amenaza en las transiciones. Sería, pues, un equipo con una piel distinta. Para un partido, puede ser una idea plausible para el técnico.
Estructuralmente, se trata de una baja fundamental porque sobre Pedri pivota el juego del Barça. Xavi tendrá que saber adaptarse a eso, ser pragmático y explorar cuáles pueden ser las nuevas virtudes de un equipo que sin el canario perderá, quiera o no, control. Pedri es el jugador predilecto del entrenador, el que es “pulcro” con el balón, lee bien los espacios para colocarse en el sitio oportuno y, además, le estaba dando llegada al equipo. Es posible que durante el próximo mes el Barça vuelve a oscilar entre los cuatro centrocampistas y los dos extremos. O que el técnico guarde alguna carta secreta.