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BARCELONA

Salidas de emergencia

Xavi asume que los fichajes claves tardarán en llegar, pero lo que más le preocupa es la parálisis en la marcha de jugadores con los que no cuenta para su nuevo proyecto.

Xavi Hernández, en la Ciutat Esportiva.
Joan M. BascuDiarioAS

Xavi Hernández ha iniciado su primera pretemporada como técnico del Barça casi con la misma plantilla con la que acabó la pasada. Nada sustancial se ha movido en la primera unidad para facilitar al de Terrassa los recursos que necesita para construir el proyecto que tiene en la mente. Xavi, que entiende a la perfección la situación económica que mediatiza al club blaugrana, asume que las incorporaciones son complicadas y que las negociaciones apuntan a largas, pero lo que de verdad le preocupa a día de hoy es el inmovilismo en las salidas de jugadores que él en persona ya les comunicó antes de que acabara el curso pasado que no contaba con ellos. No le han hecho ni caso y siguen ahí. Las salidas ya son una emergencia para el buen funcionamiento del grupo a la espera de las incorporaciones.

La secretaría técnica del club trabaja con una mochila muy pesada: los contratos que la junta anterior firmó a una serie de jugadores que tienen asegurados varios años en el club con salarios fuera de mercado hace muy difícil negociar salidas. Nadie en Europa puede asumir esos salarios de estrella por jugadores casi intrascendentes en los últimos cursos como Trincão, Lenglet, Umtiti, Neto o Riqui Puig.

A todos ellos, Xavi les dejó bien claro en mayo pasado que se buscaran equipo porque no iba a contar con ellos. Viendo que en el mercado de verano no pasaba nada destacable, a excepción de la honrosa salida de Jutglà, y la extinción de las cesiones de Luuk de Jong y Adama, a la que se sumó el fin de contrato de Alves, el técnico envió el mensaje a los del escaparate de que no hacía falta que se incorporaran al equipo el 4 de julio. Ni así. Riqui Puig y Neto hicieron oídos sordos al mensaje del entrenador y se presentaron a una sesión en la que no se les esperaba.

Cuando se pregunta al club o a los representantes de los jugadores por su futuro, las respuestas son siempre las mismas: está a punto de cerrarse una operación buena para todos, pero faltan detalles. Y así día tras día.

El mapa. A día de hoy la situación de los convidados de piedra es la siguiente.

Riqui Puig, que sigue entrenándose con el primer equipo, tiene muy claro que se tiene que ir del Barça. Probablemente el Benfica sea su destino seguro, pero ahora se discute si hay que renovarle para cederle y que no se vaya gratis al acabar su contrato.

Trincão quiere ir al Sporting, pero no por el precio que pide el Barça. Aquí la figura de Jorge Mendes cobra una importancia fundamental. El agente trajo al extremo del Braga, se lo llevó al Wolves a cambio de Adama y ahora busca un hueco por el mundo. Pero Xavi quiere verle en acción. Hará la pretemporada.

Con Lenglet cada día se desayuna con una inminente marcha al Tottenham. Una salida que se demora en el tiempo como la casi imposible misión de colocar a Umtiti, que ya ha sonado como posible regalo a todos los equipos de la parte baja de la Ligue1. Sin demasiado éxito.

El caso de Pjanic es otro drama en el que ya sólo se confía en campeonatos exóticos de países árabes.