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ÓSCAR FERNÁNDEZ

“Sabina miente en su canción: donde se fue feliz, hay que volver”

Óscar Fernández, el último técnico que había ascendido al Atleti B a Segunda B antes de Tevenet, atiende a AS. Vivió este playoff en el Cerro, al que no volvía desde que se fue hace ya cuatro años.

Óscar Fernández, en el Cerro. Sabina miente.
PEPE ANDRESDIARIO AS

Había una persona de las 3.020 que el domingo llenaban la grada del Cerro del Espino que sintió con especial emoción el ascenso del Atlético B a Primera RFEF ante el UCAM Murcia. Era Óscar Fernández (Valencia, 1974), el entrenador que en 2017 había firmado el ascenso del filial rojiblanco a la categoría de bronce del fútbol español, entonces aún Segunda B. También había sido el último, hasta Tevenet y esta mañana en la que se consumaba su segundo ascenso en dos años, de Tercera a Primera RFEF, ahora esa categoría de bronce, dejando atrás esa cuarta división (Segundad RFEF), mientras Óscar Fernández no dejaba de mirar hacia todas partes. Cuatro años hacía ya que se había despedido del Cerro para volar como técnico. Cuatro años que, esa mañana, parecían no haber pasado. Caminaba entre “míster, míster”, entre abrazos, reencuentros y una mirada propia que conjugaba nostalgia y, sobre todo, orgullo.

-¿Qué tal el regreso al Cerro? ¿Lo notó muy cambiado?

-Había estado ya la semana anterior, en el partido del filial contra el Espanyol B del playoff, y ya fue muy emocionante. Porque hacía cuatro años que no lo pisaba. Y fue muy emocionante el reencuentro con gente con la que había trabajado tanto, con la que he compartido tantas cosas, día a día. Las personas de oficinas, de mantenimiento, del club. Y volver para ver, ese día, clasificarse al equipo para el siguiente partido del playoff, y el siguiente, el domingo, para verlo ascender, ha sido muy, muy bonito.

-¿Recuerda cuando usted estuvo, de 2015, cuando llegó al Juvenil División de Honor, a 2019, que le hablaran de alguno de los chicos hoy de Tevenet?

-Carlos Martín sí que había trabajo con nosotros. Y Marcos Moreno, Iturbe… Me acuerdo de la ilusión con la que iban con el filial. Pero es la mentalidad al esfuerzo que tiene la gente del Atleti, esa cultura. Este es un sitio en el que parece que eso va implicado en los chicos, el sacrificio, “el esfuerzo no se negocia”, la mítica frase de Diego (Simeone), que yo el domingo veía en el campo. Cuando peor estaban, no paraban de trabajar, de luchar y eso es un poco la mentalidad con la que se trabajaba ya cuando yo estuve y se trabaja en esta cantera.

-¿Conocía ya el campo 1 del Cerro sin las cubiertas sobre la grada y con la vieja cafetería convertida en oficinas?

-Sí que lo había visto. De hecho, venía con un amigo que, durante el partido, le dije: “Quítate las gafas que te va a quedar la marca” (ríe, amplio). En invierno se debe haber echado de menos el caldito que te daban en la cafetería, que era un clásico. Yo recuerdo que, cuando jugaba el B los sábados, venía a ver los partidos del Majadahonda el domingo y, al descanso, todos íbamos, congelados, a tomarlo.

-¿Qué le llevó por el Cerro?

-Ver al Atleti B en un partido de exigencia máxima como son los playoff. Ahora estoy intentando ponerme al día con las categorías, sus entrenadores, sus jugadores... Al final durante el año, con tus propios partidos, es muy difícil poder compaginar ver partidos en vivo con tus propios partidos. Y estas últimas semanas, de lunes a viernes veo mucho fútbol en el ordenador y, los fines de semana, me traslado a verlo en directo.

-¿Dónde? Esta semana, por ejemplo.

-Esta semana, por ejemplo, en Donosti, con compañeros que coincidimos en Aspire (de 2012 a 2015). Luego, durante las últimas anteriores, he estado viendo al Valencia B, al Alcorcón, al Sanse, al Majadahonda, al Espanyol… Todos los partidos prácticamente que se jugaron del playoff en Madrid los he visto todos. El que está aquí es muy afortunado, en un mismo fin de semana puedes enganchar dos o tres. Es una fortuna eso. Siempre digo que es importante que los entrenadores nos vayamos reciclando día a día, conocer esas categorías y ver ‘in situ’ el funcionamiento de otros entrenadores, todo es conocimiento. La Primera, Segunda y Tercera RFEF al final están por algo y se nota en cuanto al nivel de los jugadores. Y me gusta ver cómo los entrenadores desarrollan sus planes de partido en directo. Al final te da mucha información.

“Me gustó mucho el Atlético B el domingo ante el UCAM, su mentalidad, que no se descompuso y siempre se mantuvo de pie”

Óscar Fernández

-¿Qué vio en el Atleti B ante el UCAM?

-Vi a un grupo involucrado, a un grupo que tenía claro qué tenía que hacer ante un rival muy difícil, que se lo puso muy difícil. Lo que más me gusto fue eso: la mentalidad del equipo, que en todo momento estuvo de pie. Cuando el UCAM estuvo en esa fase del partido cerca el gol, avasallando porque uno le daba el ascenso, supo responder a todo lo que le generaba el rival. No se descompuso.

-¿Qué le transmitió Tevenet?

-Que sabe de qué va el temario: tuvo un dominio total de lo que requería el partido. Y estos partidos son diferentes a todos. Yo lo he vivido. O lo sacas o te caes. Y con chicos jóvenes como es el filial tienes que dominar esos registros pero a la vez es muy difícil hacer que un chico joven que comprenda la situación, pero el B siempre se mantuvo de pie. Eso me encantó.

-Hace unas semanas finalizó su contrato con el Almería B, donde ha estado las dos últimas temporadas. ¿El futuro?

-Busco reencontrarme como entrenador, encontrar un sitio donde sea feliz y pueda trabajar. Esa felicidad es el poder trabajar con un grupo humano donde pueda desarrollar y ayudar a los chicos o la gente con la que trabaje. Siempre digo que los entrenado gestionamos recursos humanos, sin olvidar que los futbolistas son los protagonistas.

-¿Cómo está el mercado?

-De momento, tranquilo. Si algo he aprendido en los últimos años es a gestionar la impaciencia y la frustración, aprender a controlarlos. Al final, los movimientos son procesos con los clubes y me limito a estar preparado para el momento en que me llame uno que me llene.

“El Atlético lleva ya muchos años haciendo las cosas muy bien en el fútbol base”

Óscar Fernández

-Su carrera en la cantera del Atlético fue meteórica casi. Llegó en 2015, campeón de Copa del Rey con el Juvenil, le dan el filial, lo asciende a la primera de Tercera a Segunda B… En 2019 firma por el Almería en Segunda pero la llegada del jeque saudí Al-Sheikh cuando solo llevaba semanas le tumba. Año en blanco, Valencia B al siguiente, donde no terminaron de salir las cosas, y Almería B los dos últimos años.

-Los tres últimos años me han enseñado a ver otras cosas, a aprender. Estamos muy acostumbrados, en el fútbol, a que el éxito es el resultado y debemos ir más allá: al proceso, a cómo estos se desarrollan. Y eso es otro aprendizaje. Yo también valoro mucho el proceso de los chicos que crecen. Fíjate, el domingo estaba muy emocionado por el Atleti B pero también por Facu González que se proclamaba campeón Sub-20 con Uruguay y nosotros lo subimos, con 17 años, al Valencia B en Segunda B. El equipo no consiguió mantenerse, pero el futbolista desarrolló sus capacidades. Y ese es otro proceso, tu propio de formación.

-Desde Jordi Alba e Isco en su primer Valencia B (en 2007), han sido muchos los nombres propios que han pasado por sus manos…

-Míchel, Camello, Mollejo, Olabe, Keidi, Toni Moya, San Román, Solano, Garcés… Yo he sido un afortunado porque los chicos me han dado la posibilidad de ayudarles y con su exigencia me han hecho mejor. Ellos con su rendimiento te obligan. El Atleti lleva años haciendo las cosas muy bien en el fútbol base. Saca a futbolistas con capacidades enormes y bajo esa cultura que es tan Atleti, la del esfuerzo.

-La que el domingo usted vio sobre el césped, además de tantos recuerdos.

-Es que fue muy emocionante. Esos reencuentros con la gente con la que pasé tantos días, del club, de mantenimiento, de oficinas, del Cerro. Con la afición, que me paraba, me pedían fotos, que no me han olvidado. Sabina decía en su canción que allá donde fuiste feliz no debes volver pero se equivoca: yo el domingo fue inmensamente feliz en el Cerro, de ver sobre todo a la gente. Y al filial ascender.

(Como aquella última vez, cuando él ocupaba ese banco).