Ruibal, dilema de un año

Aitor Ruibal termina contrato en el verano de 2025 y su figura está ahora bajo un eterno dilema en Heliópolis. El club verdiblanco podría recibir ofrecimientos por su jugador en este verano a sabiendas que sólo le quedan una campaña más como verdiblanco, aunque la confianza que tiene en él Manuel Pellegrini le da múltiples papeletas para seguir en el proyecto venidero. Ruibal agarró un papel en el primer equipo bético cuando el técnico chileno tomó el cargo del banquillo verdiblanco y desde entonces demostró con rendimiento que se trata de una pieza esencial en el plantel. Hay un valor que lo eleva sobre muchos compañeros: su polivalencia.

Ruibal inició su periplo bético como extremo y ahora también es un lateral para Pellegrini. Su capacidad para adaptarse a la posición de carrilero diestro le dio aire al equipo cuando se sucedieron lesiones en Héctor Bellerín y Youssouf Sabaly. Por ello, sin tener aún cerrado el club su plan en esta zona del campo, la idea es que el de Sallent de Llobregat mantenga su rol en el equipo verdiblanco a excepción de que llegue una oferta que satisfaga a las partes.

También tendrá la palabra en ese caso el propio Ruibal, que firmó en este curso 1.740 minutos y que sigue persiguiendo las sombras de la titularidad que casi nunca obtuvo de forma regular. Para Pellegrini, tenerlo en escena para afrontar tres competiciones resulta prioritario. El chileno es consciente que su versión de juego siempre le entrega una garantía para competir y confía incluso en que mejore sus prestaciones como lateral al sumar más experiencia en las últimas campañas.

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