Rüdiger, misión cumplida
El club está encantado con sus primeros meses y él siente que se ha ganado a la afición. Ya ha sido titular en diez ocasiones y es el tercero que más impacto genera. Ha caído de pie
Como anillo al dedo. El aterrizaje de Rüdiger en el Madrid, ya se puede decir, ha sido un éxito rotundo. La confirmación de que se fichó a un futbolista con el ego controlado y ganas de sumar. De aportar, le pongan lo que le pongan. Esa actitud, guerrera y silenciosa, primero encandiló a Ancelotti, luego al vestuario y por último, al club. Un carrusel que ya ha salpicado hasta al mismísimo Bernabéu, autor de varios ovaciones -como muestra de reconocimiento público- tras su derroche de sangre en Varsovia. Aquello fue un antes y un después, pero el rendimiento de Rüdiger, números en mano, ya estaba siendo sobresaliente: es el tercer jugador de toda la plantilla con mayor impacto (sólo le superan Valverde y Vinicius).
Y es que Rüdiger no es titularísimo, pero tampoco lo está necesitando. Entendió desde el primer día que ‘la defensa de Saint-Denis’ era una roca y romperla, supondría un riesgo. Que a Ancelotti le gusta la estabilidad y eso no iba a pasar. Rápidamente comprendió que lo suyo necesitaría tiempo y paciencia. Dicho y hecho. Está ejerciendo su rol a la perfección y el Madrid anda esplendoroso. “¿Molesto por no jugar más a menudo? No tengo que jugar siempre, porque contamos con una plantilla muy amplia y repleta de la calidad. Yo estoy contento, soy feliz”, dijo en rueda de prensa. En las últimas semanas ha llamado mucho la atención su relación con Vinicius, con el que ha hecho buenas migas. Los ‘alemanes’, Kroos y Alaba -austriaco, pero con dominio del idioma- también le han ayudado mucho a integrarse.
En números
Y sintiéndose cómodo fuera del campo, está luciéndose dentro. Según los estudios analísticos de Olocip, es el tercer jugador del Real Madrid que más impacto genera (valor de 3.03), sólo superado por Vinicius (5.53) y Valverde (7.23). ¿Cómo se mide este índice y qué significa? En definitiva, refleja quién está interviniendo más en situaciones claves. Es decir, si un defensa despeja un balón sin presión, apenas le sumará en el valor; sin embargo, cortar lo que habría sido un mano a mano, suma muchos ‘puntos’. Aparecer en momentos críticos, bien para marcar/asistir o para evitar un gol, es lo que a la postre se considera tener ‘impacto’ en el juego. Ser decisivo.
Con esta tesis sobre la mano, Rüdiger está por delante de todos los defensas, lo cual refleja que pese a no jugar “en todos los partidos”, como dice, cuando lo hace, cumple y es importante. Hay más datos que apoyan esta postura. Es el jugador del Madrid con más impacto en: duelos aéreos ofensivos, duelos aéreos defensivos y balones bloqueados. Y es el segundo en despejes exitosos. Hasta la fecha, su mayor valor en Liga lo había firmado en la temporada 2019-20, cuando defendía el escudo del Chelsea (tuvo un impacto general de 3.04); esta temporada ya ha superado ese registro, ostentando un 3.60 de valor en la competición doméstica.
Más titular que suplente
Esta temporada ha jugado 17 partidos, más que Militao y Mendy (ambos, 15). De ellos, diez ha sido titular y en siete, salió desde el banquillo; una estadística en la que anda muy cerca de sus dos compañeros (Mendy ha sido titular en 14 ocasiones y Militao, en 13). Su polivalencia le está abriendo la puerta: ha jugado de central diez partidos, de lateral derecho en cuatro y de izquierdo, donde lo había hecho casi hasta ahora y se ha reinventado, en tres. Ancelotti anda más que satisfecho con su rendimiento, sabedor de que ha encontrado una pieza casi perfecta para su puzzle. Rüdiger ya es uno más en el vestuario, pero para el madridismo es alguien diferente. Un jugador que ha caído de pie. Que ha encajado. Misión cumplida.