Rodrygo, sin complejos
El brasileño confirma que el extremo izquierdo es su hábitat con 10 regates completados ante el Betis, aunque se fue de Sevilla con sólo un remate fuera de palos.
El Real Madrid se fue de Sevilla con un pinchazo que no es tanto, pues empatar en casa de un Betis que aún no sabe lo que es perder en su estadio en Liga esta temporada entra dentro de lo razonable, pero sea como fuere se le escapa al equipo blanco una oportunidad para presionar y/o distanciar a sus inmediatos perseguidores, Barcelona y Girona. El duelo dejó conclusiones positivas, como que Bellingham sigue siendo el mejor activo ofensivo del equipo y que Brahim se ha sumado a la causa; también negativas, por ejemplo que tras el inglés hay un páramo en lo goleador y que necesita más ayuda para rematar los partidos. Y entre ambas cuestiones se sitúa un Rodrygo que demostró en el Benito Villamarín que el extremo izquierdo le sienta de maravilla, si bien pudo hacer algo más en los metros finales para que el Madrid sacase los tres puntos.
Sin Vinicius, lesionado y que no regresará hasta febrero de 2024 si se cumplen los pronósticos iniciales, Rodrygo se ha quitado todos los complejos desde el extremo izquierdo. Ya lo había evidenciado en partidos pasados, especialmente en la visita al Cádiz, en la que se destapó con dos golazos desde ese perfil, con infinidad de regates y dos zapatazos a la escuadra. En Sevilla el rival era otro y le costó profundizar en el remate, pero no sería por falta de intención: intentó hasta 15 regates, de los cuales ejecutó 10 con éxito.
Se coloca en cifras similares a las de su compatriota, que tiene en 10 también la plusmarca de esta temporada (los hizo ante el Rayo, aunque necesitó 17 intentos). Sea como fuere, ya ha superado a Vini en regates intentados (95 a 94) y en completados (48 a 38), con un mejor porcentaje de éxito (51% contra 40%). Y a ello suma más facilidad para el remate: ha hecho 65 en total y 25 entre palos; Vini, 33 y 12 respectivamente, aunque en bastantes menos minutos por las dichosas lesiones.
Precisamente si algo le faltó a Rodrygo en el Benito Villamarín fue remate: apenas hizo uno, y fuera de palos. Fue, eso sí, una acción peligrosísima, tras driblar a Ruibal (al que volvió loco todo el partido y sobre el que reclamó un penalti a los diez minutos de encuentro) y presentarse ante el portero del Betis, cruzando el balón en exceso en búsqueda de la escuadra del segundo palo. La acción pudo ser el 0-2, la práctica sentencia del encuentro, pero se fue al limbo. Le faltó a Rodrygo intentarlo más, sobre todo ahora que está en estado de gracia: había marcado siete goles y dado cuatro asistencias en los siete partidos anteriores.
Cuando vuelva Vinicius, el debate estará servido, sobre todo si Rodrygo sigue evidenciando que su mejor rendimiento aparece en el extremo izquierdo. Vini es un futbolista mucho más específico, hecho para ese puesto y con poca versatilidad para jugar en otros puntos del frente de ataque. No le pasa igual a Rodrygo, con capacidad para ser más polivalente, si bien él mismo ha dejado claro que no quiere jugar de delantero y que su mejor posición es la mediapunta, un puesto que ahora mismo está más que ocupado con Jude Bellingham. De momento, el extremo izquierdo es suyo, pero Vinicius asoma en el horizonte cercano y en uno algo más lejano, un tal Mbappé...
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