Rodrygo rema río arriba
El brasileño ha disparado su rendimiento, pero los datos muestran que rendiría aún más en la banda izquierda. En Santos jugaba en ese perfil.
El 18 de junio de 2019, Rodrygo Goes cumplía un sueño. “Mi fichaje se cerró en 20 minutos”, dijo ese día, el de su presentación. Desde el Santos aterrizaba un extremo desequilibrante. “Soy un delantero rápido, con dribbling. Me identifico con jugadores como Neymar o Robinho”, se definía. Confesaba no tener preferencia por banda alguna. “Estoy listo para jugar”. Pero ese Rodrygo, como Neymar o Robinho, se había ganado un hueco en las grandes agendas del planeta desde la banda izquierda, a pie cambiado. Sin embargo, en el Real Madrid, su hábitat natural ha sido otro, la derecha. Su fulgurante final de curso le ha lanzado en el equipo blanco, a pesar de estar teniendo que remar río arriba.
En el Peixe, el talento de Osasco jugó 49 partidos entre 2017 y 2019. 32 fueron como extremo izquierdo y solamente cuatro en la derecha. Fue más regular verle como delantero (nueve ocasiones) que en la demarcación que trata de hacer suya en el Paseo de la Castellana. 9 tantos, acompañados de 4 asistencias en el perfil zurdo, por un pase de gol desde el diestro. Tuvo grandes partidos que le sirvieron como carta de presentación. Estos llegaron como ‘11′, como el deslumbrante hat-trick que logró en 2018, con 17 años, frente al Vitoria en apenas nueve minutos. O el doblete con el que ajustició a Venezuela (2-1) en el Sudamericano Sub-20. Ahí ya era madridista, pero Carlos Amadeu le colocó en la izquierda.
Adaptación contra predicción
En el Madrid, el contexto le ha abierto mayores posibilidades en la derecha desde el principio. En total ha disputado ahí 81 partidos, por 21 donde floreció. 15 goles y 17 asistencias (incluyendo penaltis provocados) en el carril del ‘8′. 3 y 3 en el opuesto. Si tomamos como vara de medir el tiempo de juego, su afirmación, “me gusta jugar por las bandas pero no tengo preferencia”, era cierta. Se ha adaptado a la nueva posición y participa en un tanto cada 127 minutos, por los 149 que necesita si juega como extremo izquierdo. Sus enormes actuaciones ante Sevilla en Liga o Chelsea y City en Champions, donde entró en la historia del Madrid como el otro héroe de la Decimocuarta, demuestran que le sobran ingredientes para alcanzar la élite y asentarse. Pero la diferencia de oportunidades ha sido importante (4.074′ contra 899′) y, con la inteligencia artificial como vara de medir, su rendimiento sería aún mayor si Ancelotti le devolviese a su posición original.
Olocip, empresa especializada en la IA aplicada al fútbol, realiza un ejercicio predictivo en el que detalla la influencia que tendría Rodrygo en el Madrid como extremo izquierdo y como extremo derecho. En el primer caso, el internacional brasileño añadiría un valor al equipo blanco de 0,31 por cada 90 minutos. La IA no solo analiza las acciones de manera cuantitativa, también cualitativa, con un objetivo común, el que mueve el fútbol: ayudar a marcar o evitar goles. Es decir, con sus acciones, Rodrygo ayudaría al Madrid a generar una ventaja de un tanto cada 290 minutos. En cambio, en el lugar que el futuro le depara en Chamartín, su impacto se cifraría en 0,29 por cada 90 minutos, sumando un tanto con su rendimiento cada 310 minutos.
Las noches en las que ha lucido capa ha sido con su olfato goleador como gran aliado. Ya no solo en los highlights mencionados que terminaron en Orejona y ayudaron a sellar 35ª Liga, también queda en la memoria el hat-trick perfecto (más joven en conseguirlo) al Galatasaray cuando el Rodrygo madridista apenas amanecía. Su mayor valor esta temporada ha sido el pase previo a asistencia y la capacidad para forzar penaltis, el mejor del Madrid según Olocip. ¿El resto de facultades que le hacen estar en el top-4 madridista? Selección de tiro, tiros totales, goles o aportación ofensiva en general. Un vistazo a las variables más destacadas de su juego alumbran una realidad: la mayoría guardan relación con el gol y el área, zona por la que le resulta más sencillo transitar a pie cambiado que a banda natural.
Modelo a seguir y tapón
El gran problema es que la izquierda tiene dueño y es indiscutible, un Vinicius que se ha ganado una renovación digna de candidato a Balón de Oro. Compatriota, amigo y modelo a seguir, el de São Gonçalo ha eclosionado este curso en el crack planetario que prometía por potencial. 22 goles, 16 asistencias y cuatro penaltis forzados que le han convertido en socio de Benzema. Ni rastro de las dudas, Vini enseña a Rodry el camino al estrellato. Al mismo tiempo que le hace de tapón en una posición en la que su compañero de selección podría exprimir aún más sus características. Rodrygo ha sabido remar contracorriente en muchos momentos, como también hizo Vinicius. Ahora se encuentra en disposición de bajar el río placenteramente, aunque sea desde la parte derecha y el descenso por la izquierda fuese algo más veloz...