Reinildo, el héroe que necesitaba el Atlético
El africano dejó una exhibición contra el Athletic. Secó a los Williams y paró tres remates de gol. Su fichaje invernal ya es uno de los grandes aciertos rojiblancos.
Reinildo Mandava. Pocos aficionados del Atlético conocían su nombre cuando Andrea Berta centraba sus esfuerzos invernales en él para reforzar el lateral izquierdo. El mozambiqueño llegaba a sus seis últimos meses de contrato con el Lille y era libre para firmar como rojiblanco de cara a esta temporada 2022-23. Su curso anterior, cerrado como mejor lateral izquierdo de la liga francesa, era su mejor aval, pero le faltaba confirmarse. Una vez cerrado el acuerdo, jugador y club se pusieron manos a la obra para acelerar su fichaje en ese mismo enero y, tras conseguirlo el día 31, en menos de un año se ha convertido en uno de los grandes aciertos históricos del Atlético.
Y en Bilbao dejó su mayor exhibición hasta el momento como colchonero. Un Reinildo que siempre ha sido un ejemplo de superación y se ha ensamblado de maravilla en el vestuario gracias a su humildad y trabajo colectivo. En silencio, se ha convertido en un imprescindible para Simeone desde el primer día, adaptándose a la línea de tres centrales para solventar los problemas del equipo atrás y regresando durante grandes periodos de estos últimos partidos al lateral izquierdo, donde siempre es un seguro atrás y cuando es posible sube con fuerza y velocidad la banda, como en el primer gol de Correa ante el Girona.
En Bilbao, su tarea era otra. Se media a Nico Williams, uno de los jugadores más en forma de LaLiga. El Athletic siempre genera peligro por su banda derecha, también con las caídas de su hermano Iñaki, y el Atlético partía con una zaga de cuatro atrás, pero siendo Nahuel Molina el lateral que se desplegaba en ataque y Reinildo quien guardaba las espaldas en defensa junto a Savic y Giménez, con Lemar colaborando en el costado. Y se puede decir que Nico vivió una noche de pesadilla. Reinildo fue su sombra y no le permitió salirse con la suya prácticamente nunca. El joven jugador del Athletic no paraba de encararle e intentar marcharse por su rapidez y calidad individual, pero tuvo enfrente un muro que salía vencedor una y otra vez. Insuperable en los duelos, en los cuerpo a cuerpo y en los balones divididos, Reinildo Mandava se impuso jugada tras jugada comiendo la moral a los hermanos del Athletic.
Y, si su partido ya era sobresaliente, Reinildo se vistió de héroe también como un segundo Grbic. El croata había entrado por la lesión de Oblak e hizo su parte con dos grandes manos. Pero, a donde no podía llegar el portero, ya estaba su ángel de la guardia. Reinildo realizó tres cortes de gol sobre su meta. En primer lugar con una parada doble, cortando abajo y posteriormente con la cara. Un pelotazo que prácticamente hubiese noqueado a cualquier jugador, pero el mozambiqueño se levantó como si nada para tranquilizar a sus compañeros después de que Figueroa Vázquez hubiese pitado penalti. No había problema, el VAR lo iba a corregir porque le había golpeado en la barbilla. Y poco tardó el colegiado en darle la razón y retirarle la tarjeta.
Por último, un balón suelto en el área le caía a Raúl García. Jugada de gol indudablemente. Cuando el exatlético se preparaba para recoger el balón de la red, aparecía otra pierna salvadora de Reinildo. Un corte espectacular y con valor de dos puntos. Sin hacer ruido, copar portadas ni levantar la voz, la exhibición de San Mamés, cerrada con el premio MVP, confirma a Reinildo como uno de los grandes defensores de LaLiga. Su llegada tardía a la élite le han restado reconocimiento internacional. Tras el fallecimiento de su padre, decidió quedarse en Mozambique. “No salí de allí hasta que perdí a mi madre, se lo debía todo; después pensé en mí”, reconocía Reinildo en AS. Hasta los 24 años no se le había visto en un primera división europeo y acumulaba cesiones desde el Benfica. Hasta llegar a Francia. En el Lille se convirtió en un baluarte defensivo y en el Atlético ha refrendado su nivel como un primer clase mundial en defensa. Reinildo y los tres millones invernales ya son una de las grandes gangas de los últimos mercados de fichajes.