Reinier, por cuarta vez
El Madrid ya sondea otra cesión, sin cerrarse a un traspaso. Tras Dortmund, Girona y Frosinone, sigue sin convencer. Tiene contrato hasta 2026.
Es el eterno déjà vu. Un bucle al más puro estilo Dark. Reinier volverá a salir del Real Madrid; la cuarta vez. Tras una temporada en el Frosinone, con el que ha descendido a Segunda de manera dramática (en la última jornada), sigue sin convencer. Cuatro años y medio después de su fichaje, aún no se le ve preparado para el primer equipo. Y costó 30 millones. Así que en el club se han puesto manos a la obra: se escuchan ofertas. Preferiblemente una cesión pues, pese a todo, no se le pierde la fe, pero a estas alturas no se cierra la puerta a un traspaso. Lo que es seguro es que en el primer equipo, no se quedará. Incluso aunque el club decidiese darle una oportunidad, esta temporada no hay hueco. Reinier, por cuarta vez, saldrá.
Un jugador que llegó, en enero de 2020, a cambio de 30 millones (su cláusula) Un fichaje que fue una bomba: era la perla de Flamengo y lo pretendían auténticos gigantes, entre los que se encontraban Liverpool, Manchester City, Arsenal o PSG. Se trataba de un diamante en bruto. Tanto, que el Madrid activó toda su maquinaria para el fichaje: invitó a la familia a la Ciudad Deportiva en 2019 y movilizó a José Ángel Sánchez y Juni Calafat para tratar directamente con la familia. Así se le convenció, ejecutando el pago en enero para que saliese más barato: de haberse esperado a verano, la cláusula subía a 35M€ y en enero de 2021, a... ¡70M€! Se ganó la carrera y se esprintó todo lo que se pudo.
Dos años en Dortmund
Y llegó Reinier, presentado en el Bernabéu, como las grandes promesas y apalabrado para empezar jugando en el Castilla... hasta dar el salto al primer equipo. Todo sucedió tal y como estaba planeado, salvo lo último. En ningún momento se le terminó de ver para los ‘mayores’. Así que se optó por una cesión: dos años al Dortmund, donde no cuajó. En su primer curso sólo disputó 338 minutos (únicamente un partido como titular) y en el segundo, 400, con tres partidos de inicio. Balance total: un gol y una asistencia en dos años. Agua.
“Fue una época muy difícil por la pandemia. Yo estaba en Alemania y la ciudad (Dortmund) no era muy buena. No jugaba. Si hubiera jugado, todo habría estado bien, pero como no, ocurrieron muchas cosas. No busqué apoyo psicológico, pero era algo que debí haber hecho, que me habría ayudado mucho. Me apoyé mucho en mis padres. Pero estoy seguro de que un profesional me habría ayudado bastante”, reconoce ahora, en una entrevista con Globo Esporte.
Uno en Girona...
Lo que vino después fue algo mejor, pero sin terminar de brillar: Girona. Transitó lastrado por dos lesiones musculares y jugó poco, pero hubo una diferencia: cuando participaba, las sensaciones no eran malas. Ni por su parte, ni por la del club. Terminó con 652′, dos goles y una asistencia. Pero, pese a ello, el club se movilizó en verano para prolongar su cesión otro año. Algo que se truncó... por culpa del Barcelona. Irrumpió para fichar a Oriol Romeu y todo se puso en stand by. Pasó a urgir otro perfil de futbolista, siendo Pablo Torre el elegido. Y Reinier se quedó sin hueco. Esto fue un 18 de julio, justo cuando el Madrid acababa de despegar rumbo a Estados Unidos. Él ya se había quedado en tierra. Estuvo semanas entrenando solo en Valdebebas.
... y uno en el Frosinone
Hasta que salió. No sin antes atravesar un infierno: estuvo semanas sin ofertas. Ni una. Hasta que el mismo 31 de agosto, casi sobre la bocina, sonó el teléfono, con prefijo de Italia. El humilde Frosinone solicitaba una cesión simple y el acuerdo fue fugaz. Así, marchó a la Bota, donde no ha despuntado: ha jugado 1.117′, más que nunca, pero tan sólo ha marcado tres goles y dado dos asistencias. Una historia con final trágico: un gol del Empoli contra la Roma en el 93′, la última jornada, condenó al equipo al descenso a Segunda. Sin brillo y con varapalo.
“Mi objetivo es el Madrid”
Y ahora, Reinier vuelve al Madrid. Donde llegó hace cuatro años y medio. Donde todavía no ha debutado: ni un sólo minuto oficial con el primer equipo. Tampoco será esta temporada. “Mi mayor objetivo es el Madrid pero... paso a paso y mucho trabajo. Luego, si dios quiere, podría venir la Selección”, reconoce. En Chamartín ya trabajan para encontrarle una nueva salida, priorizando una cesión sin opción a compra. Y sin cerrar la puerta a un traspaso: de llegar una oferta considerable, se sopesaría. Conviene recordar que el futbolista costó 30 millones y, en la medida de lo posible, aspiran a minimizar las pérdidas (algo que rondase los 15-20 se vería con buenos ojos). De salir cedido y no explotar, el verano que viene sí se buscaría con ahínco un traspaso. Para este verano, la prioridad es un préstamo. Y hay una certeza: no se quedará. Por cuarta vez, saldrá. El eterno déjà vu.
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