Raúl, una leyenda en la recámara

Que Xabi Alonso se juega mañana un match-ball como entrenador del Real Madrid es algo asumido no solo en la calle, sino en los pasillos del club en ese afán por ver una luz tras los malos resultados cosechados por el equipo en el último mes y medio. Pasar de tener cinco puntos de ventaja sobre el Barça a una desventaja de cuatro, cuesta asumirlo. Todo se arreglará ganando al City mañana en el partidazo de Champions y dándole continuidad el domingo en Vitoria y el día 20 ante el Sevilla antes del parón navideño. Pero una derrota sin paliativos ante el equipo de Guardiola tensaría mucho la cuerda. Demasiado. Dando por hecho que ojalá no se llegue a ese escenario, el club maneja dos opciones de casa y directas: Álvaro Arbeloa, que está haciendo un buen trabajo en el Castilla, y Santiago Solari, que siempre tuvo buen predicamento en la entidad y que ya tomó eventualmente las riendas del equipo en la temporada 2018-19 tras el despido de Julen Lopetegui.

Una vez descartados Zidane (comprometido con Francia para después del Mundial de 2026) y Klöpp (en retiro voluntario con su megacontrato con Red Bull y que nunca convenció del todo en el club, como informó Josep Pedrerol en El Chiringuito), me atrevo a sugerir otro candidato que está disponible en este momento y que sería un técnico muy bien visto por la afición del Bernabéu. Me refiero a Raúl González. La leyenda blanca (es el jugador con más partidos en la historia del club, 741, y el segundo máximo goleador, 323, sólo superado por Cristiano y Benzema) conoce perfectamente a los chavales de La Fábrica que pudieran regenerar el espíritu de la primera plantilla, dado que ha trabajado seis años con el Castilla y tiempo atrás fue campeón de la Youth League con el Juvenil A. Alguien me dirá que no logró ascender al Castilla en esos seis años (con el Eldense estuvo a punto), pero no olviden que Zidane tenía al filial en la zona baja de la tabla cuando fue llamado a filas tras el despido de Rafa Benítez y ganó tres Champions consecutivas…

Raúl tiene el predicamento y el respeto de la grada, como se pudo comprobar en los últimos Classic Match en los que ha participado como futbolista. Raúl es hombre de club y ya dijo en la Gala de AS hace una semana que su sueño “a medio y largo plazo es volver a mi casa”. Obviamente, ojalá no sea necesario pensar en él a corto plazo porque lo ideal es que Xabi Alonso revierta la situación y eso llegará con buenos resultados y un mayor compromiso de los jugadores, déficit reconocido hoy mismo por el propio Tchouameni. De momento, toca ganar al City como sea. En caso contrario, las brasas del banquillo estarán más ardientes que nunca.

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