Raspadori presenta credenciales
El italiano exprime sus minutos y demuestra que está listo para sumar y aportar con Simeone. Su entrada cambió el partido para el Atlético.


Al mal tiempo, fondo de armario. Simeone vio como su Atlético se atascaba una y otra vez con la fortaleza del Getafe. No había sido contundente en las primeras acciones del partido, donde al cemento azulón todavía no se había asentado. Llorente buscó a Julián en lugar de tirar, Baena no acertó y el cabezazo de Nico fue al perfil cubierto por Soria.
Y tras la lesión del madrileño, el Atlético se fue apagando. El partido se fue llevando a donde quería el Getafe, ese mantra que Simeone trata de que se produzca a su favor le salía cruz en la fría tarde madrileña. Sin fluidez de juego, sin ideas, sin pasar por las botas de Barrios, Baena y Julián. Parones, hombres al suelo y poquísima presencia en las áreas. El tiempo corría mucho más rápido que la pelota. Hasta que el Cholo miró a su banquillo. Y a una pieza con un potencial por descubrir. Giacomo Raspadori, el decimonoveno futbolista en minutos de la plantilla.
Firmado tras la salida de Correa para tener ese perfil que compita por estar en el once y a su vez ser un revulsivo desde el banquillo. El bicampeón italiano con el Nápoles había tenido minutos en las tres primeras jornadas, pero con una presencia que iba a menos. El fichaje de Nico Gonzalez a última hora le cerraba aún más las puertas, pese a tener la oportunidad en el once en Liverpool y Mallorca. Y si contra el Eintracht repitió presencia en el esquema titular con gol y buena presencia sobre el césped, aquel partido de Champions pareció su Triángulo de las Bermudas, la desaparición.
Raspadori se había quedado sin jugar por decisión técnica en cinco de los siete partidos previos al Coliseum. Ocho minutos contra Osasuna y cuatro ante el Sevilla eran su balance para un total de 12 minutos de 630 posibles. Pero ante el Getafe llegó su momento. Minuto 59 y al césped junto a Sorloth por Julián y Koke. Un doble cambio arriesgado sustituyendo a la estrella del equipo que no pasa por su mejor momento. Para situar a Raspadori en la derecha de partida. Para buscar a Baena apareciendo por su banda. Para entrar en juego hacia el centro.
Usando indistintamente la pierna zurda menos natural para probar portería con un disparo lejano fantástico repelido con un paradón de Soria. Para seguir variando su posición con el doble cambio final ahora más cerca del noruego y la izquierda. Baena puso un balón de oro con el exterior y Raspadori hizo el centro de la muerte buscando a Griezmann, pero encontrando el tacón involuntario de Duarte contra su propia portería. El único gol del partido y la celebración por todo lo alto. Además de la prueba de que Raspadori puede aportar mucho en el Atlético.
“Simeone me ha dicho antes de salir que aprovechase esta oportunidad. Sé lo importante que es entrar desde el banquillo y hacer lo mejor para el equipo y estoy muy contento de ganar aquí”, expresaba un exultante Raspadori tras el encuentro. En un casi perfecto castellano. Integrado, sin una mala cara. Trabajando para tener su momento y aprovechándolo en Getafe. El italiano apenas ha contado con oportunidades, pero no se rinde. Su momento puede llegar y tiene que estar preparado. Lo demostró contra el Eintracht y también en el Coliseum. Raspadori está listo para ayudar al Atlético. Y Simeone lo sabe.
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