Pjanic tiene la llave del fichaje de Marcos Alonso
La marcha del bosnio abriría suficiente margen salarial para inscribir al defensa del Chelsea. La ventaja es que ambos jugadores comparten agente.
Las horas para que Marcos Alonso acabe siendo jugador del FC Barcelona se agotan. Tras la negativa de Jordi Alba de abandonar el club, ahora mismo todas las miradas están puestas en Miralem Pjanic. Si el centrocampista bosnio acepta una cesión, se abriría suficiente margen salarial para inscribir al defensa del Chelsea. La operación, en principio, cuenta con una ventaja muy importante: los dos jugadores comparten representante, Fali Ramadini. No hay duda de que este factor podría acabar siendo decisivo para desencallar esta situación, que lleva ya varias semanas prolongándose.
Hay que recordar que Pjanic cuenta desde hace unos días sobre la mesa una oferta del club saudí Al Nassr por el cual se compromete a pagar un 70% de su sueldo. El bosnio, que ya jugó la temporada pasada cedido en el Besiktas, vería con buenos ojos esta opción, y más tras constatar que aún no ha jugado ni un minuto esta temporada en el Barça.
En todo caso, a día de hoy, la prioridad del club es reforzarse en la banda derecha, y más tras la confirmación de la salida de Sergiño Dest hacia Milan. En la plantilla no hay un lateral derecho nato, ya que ni Sergi Roberto, ni Jules Koundé o Ronald Araújo son carrileros, por lo que se está sondeando en el mercado una opción de garantías. La primera opción era César Azpilicueta, pero finalmente el capitán del Chelsea se cansó de esperar al Barça y aceptó una oferta de renovación de dos años de los ‘blues’. Tras el fichaje frustrado de Azpilicueta, apareció el lateral argentino del Villareal, Juan Foyth, como mejor situado, pero una lesión la semana pasada en su rodilla, echó al traste la operación. Ahora mismo se barajan dos nombres: Thomas Meunier o Héctor Bellerín. A Xavi le gusta más el lateral del Dortmund, pero si finalmente no se pudiera llevar a cabo la operación, el defensa del Arsenal estaría en la recámara, siempre y cuando llegara con la carta de libertad bajo el brazo.