Pere Milla y Aguado, en el disparadero
Aunque haya salido Cardona uno más debería irse para que llegue un último fichaje. No quedan dorsales libres a excepción del 21
El Espanyol apura los últimos días de mercado con un objetivo claro: encontrar un último fichaje que les ayude de forma significativa a lograr la permanencia. Un objetivo que no es nada sencillo, principalmente, por las posibilidades económicas del club blanquiazul son muy limitadas. Sin capacidad para acometer un fichaje (debería ser una cesión o un futbolista a coste cero) el margen salarial tampoco es amplio. Evidentemente esto reduce notablemente las posibilidades pero es que además hay otro condicionante más: todavía debe salir un futbolista de la plantilla y Pere Milla o Aguado son los dos que están en disposición de hacerlo.
Que salga un futbolista no es estrictamente necesario, pero sí muy extremadamente conveniente para el Espanyol. En primer lugar por el margen salarial, ya que sin esa salida las posibilidades económicas del club para pagar un salario más son prácticamente nulas. En segundo, por los dorsales. Actualmente hay solo uno libre, el 21, pero evidentemente no es un dorsal cualquiera. Reservado históricamente para jugadores de la cantera (Melamed fue el último en lucirlo) difícilmente se lo asignarán a un fichaje. Queda otra alternativa en caso de que la incorporación sea un futbolista sub-23, que no es otra que hacerle ficha del filial, pero todo esto son alternativas menos deseables que la salida de Aguado o Pere Milla.
La situación de ambos futbolistas es complicada. No exactamente igual, tanto por peso en el equipo como por contrato. Pere Milla es un futbolista que ha participado poco esta temporada, pero que fue importante la anterior y además es un fijo en las convocatorias. No es ni mucho menos una pieza importante, eso está claro, pero sí un jugador de plantilla. Además, finaliza su vinculación con el Espanyol en 2027 y por él se pagaron unos tres millones de euros. Aguado, en cambio, está en en una situación más comprometida. Primero, porque cuenta menos para Manolo. De hecho, no ha ido ni siquiera convocado en los tres partidos que ha jugado el equipo en este 2025. Segundo, porque acaba contrato el 30 de junio. En una situación parecida a la de Salvi, el club podría optar por llegar a un acuerdo para su rescisión y liberar así una ficha relativamente importante. El jugador llegó libre al Espanyol, por lo que no hay que amortizar su fichaje. Además, generalmente, los jugadores libres son capaces de negociar un salario más elevado por lo que su salida generaría un poco más de espacio para traer a un nuevo futbolista.
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