Se cumple un año del regreso de Griezmann sobre la bocina
A escasas horas de que el mercado veraniego llegue a su fin, la situación del francés continúa siendo una incógnita, tal y como le ocurrió el año pasado, cuando llegó ‘in extremis’ al Atlético.
Penúltimo día de mercado y nada aún seguro para Griezmann. Hoy, cuando se cumple un año de su impensada llegada al Atleti después de una anodina etapa en el Camp Nou, el francés todavía no tiene ninguna firmeza acerca de su futuro, aunque ha comenzado la temporada en forma y por todos es sabido que, con Simeone a los mandos, se erigirá más tarde o más temprano como un hombre importante dentro de los esquemas del técnico argentino, si es que las lesiones se lo permiten pues, la campaña pasada, no fue así.
Por ello, su futuro inmediato, a pesar del ‘overbooking’ ofensivo que maneja el equipo, y de no estar entrando de inicio en los encuentros, parece ligado a la entidad rojiblanca, aunque todo es posible hasta que el reloj supere la medianoche del primero de agosto. Paradójicamente, buena cuenta de ello fue su regreso al Metropolitano durante el verano de 2021. En aquella ventana de traspasos, Barcelona y Atlético mantuvieron sendas negociaciones para cerrar el retorno del francés tras dos temporadas en las que anotó 35 tantos y repartió 17 pases de gol, insuficiente para la directiva de la Ciudad Condal, que pagó 120 millones por su fichaje.
De primeras, el conjunto madrileño planteó un intercambio Saúl-Griezmann que a los azulgrana pareció no convencer. Por esa razón, los catalanes contraofertaron sacando al ilicitano del trueque e incluyendo a João Félix, sin éxito alguno. La operación parecía dada por perdida, pero finalmente, en los últimos coletazos del mercado, los clubes alcanzaron un acuerdo por el que el futbolista volvería cedido al Atleti por un año, pudiendo prolongarse a dos si todas las partes implicadas daban su visto bueno, como acabó ocurriendo a finales de junio, cuando se anunció que el francés continuaría defendiendo los intereses del equipo de la capital.
El recuerdo de su apurado retorno al Atleti evoca rumores sobre su marcha
La cesión se cerró a un solo minuto de que el mercado tocara su fin, lo que provocó que su llegada fuera anunciada hora y media más tarde, después de que la documentación pasara el control económico de LaLiga. No obstante, el trato incluyó un término algo intrincado: el jugador no podría disputar más del 50% del tiempo de juego disponible, o si no, la entidad colchonera tendría que hacer efectiva su opción de compra de 40 millones. Una cláusula que obliga a Simeone a hacer malabares con el tiempo de juego de sus pupilos.
A día de hoy, Griezmann se sabe importante dentro del equipo. La temporada pasada jugó 45 minutos o más en 30 de los 37 partidos que estuvo disponible (el 81%). Sin embargo, en las tres jornadas iniciales de esta nueva temporada, siempre ha sido suplente. El total es de 30 partidos sobre 40 superando la cifra estipulada en su contrato de cesión (el 75%). Si finalmente acaba por encima del 50%, el Atlético deberá pagar los 40 millones al Barcelona... salvo que se llegue a un acuerdo entre clubes. Los rojiblancos quieren rebajar la cifra y los blaugranas no contemplan bajo ningún escenario su regreso. Y esas suplencias son una amenaza. Griezmann por su parte ha completado la pretemporada con un excelente nivel y aunque la competencia arriba es feroz, se ha acoplado a las mil maravillas en la nueva designación que el Cholo le ha asignado, por detrás de los delanteros, y muestra de ello es el tanto que anotó anteayer en Mestalla, otorgando la victoria a su equipo. El galo está cómodo en Madrid y su salida es improbable, pero el mercado nunca da respiro a nadie. Su llegada el año pasado es el mejor ejemplo de ello.