Nuevo rol para Ceballos
De invisible, a seria alternativa. Sus buenas actuaciones le han sacado del pozo: hasta hoy, en toda su segunda etapa con el Madrid, sólo había sido titular seis veces en Liga
En una vida hay muchas vidas. Lo puede confirmar Ceballos, que disfruta ahora de una muy diferente a la de 2018, 2019 o incluso 2022. Han sido años de ostracismo, con unos fríos primeros pasos, un vaivén de sensaciones y una cesión a Londres (por dos temporadas). Volvió... y se lesionó. A veces diluvia sobre mojado. Su caso, porque el parte médico resultó grave: rotura completa de ligamentos. Tocó fondo; ‘suerte’ que, a veces, es lo que hace falta para coger impulso y regresar a la superficie. Y en aquellos meses de enfermería, Ceballos reflexionó, cambió el chip y se convirtió en un jugador silencioso y trabajador. Sin apenas entrevistas ni mensajes en redes sociales. Poco a poco se fue ganando la confianza de Ancelotti, volvió a los planes, a los partidos. Y ahora, a los onces.
Esta vida tiene más luz que las anteriores. Y es que hay un dato gélido: hasta hoy, en toda su segunda etapa de blanco (la temporada pasada y esta), sólo había sido titular en Liga seis veces. El curso pasado fue el más demoledor (¡sólo dos!): jugó la jornada 33 y 34, ante Osasuna y Espanyol, respectivamente. Nada más. Pero en esta, algo está cambiando: de las 18 jornadas que van en Liga, sólo se ha quedado sin minutos, por decisión técnica, en tres. De hecho, disputó las siete primeras... hasta que lesionó de nuevo. Fue entrenando: rotura del isquio izquierdo (un mes de baja). Pero de este tropiezo se levantó aún más fuerte y ahora, se baña en esa palabra que tanto adora el mundo del deporte: momentum. Un estado de rendimiento en el cual, parece que todo sale. La cresta de la ola.
Titular por decreto
Ahí se encuentra, en estos momentos, Ceballos. Con la confianza por las nubes y el fútbol, fino. El gris rendimiento de Kroos y la fatiga de Modric abrieron el casting del centro del campo. Oposiciones en las que él, está sacando nota: partidazo en Villarreal (con gol de la victoria incluido), notable alto en San Mamés y sensacional derbi (donde, eso sí, fue el ojo del huracán de la polémica, pudiendo haber sido expulsado por una entrada imprudente sobre Lemar). Tiene el ímpetu a flor de piel y Ancelotti lo sabe. Hoy, ante la Real Sociedad, volverá a salir de inicio. Ha pasado de ser un jugador invisible, al más indiscutible y en mejor forma de todo el centro del campo. Y todo esto, con la incógnita de su futuro en el aire: acaba contrato en junio. “Ahora es el momento de apretar los dientes, porque me quedan cuatro meses de contrato”, dijo en las entrañas de San Mamés. Rotundo; directo.