Hugo Mallo: “No gané el balón de oro Sub-20 porque estaban Coutinho, Casemiro, Isco...”
El capitán es el segundo jugador con más partidos en la historia del Celta, reflexiona en AS sobre su carrera antes de recibir al Real Madrid.
Esta temporada se van a cumplir diez años de la grave lesión de rodilla que Hugo Mallo (Marín, 1991) sufrió ante el Real Madrid. El lateral se recuperó de aquella rotura del cruzado para convertirse en el segundo jugador con más partidos en la historia del Celta. Una historia de superación que el capitán celeste relativiza al compararla con las del día a día en su pueblo natal.
¿Lleva la cuenta de cuántos partidos le quedan para ser el futbolista con más encuentros en la historia del Celta?
No, no es un objetivo en el que esté pensando a diario. Me centro en ayudar al equipo donde me toque. Si después puedo alcanzar a Manolo, del Gran Capitán, mejor que mejor.
Le faltan 112 partidos para igualar los 533 de Manolo.
Puf… son muchos. Los números de Manolo son gigantescos.
Si a usted le tuvieran respetado un poco más lesiones, tendría a tiro esa marca.
Puede ser. Es cierto que tuve un cruzado, una rótula, un hombro que se me infectó y tuve que volver a pasar por el quirófano, pubalgia, lumbalgia… al final cuando juegas tanto estás expuesto a este tipo de lesiones. A veces, por la fisionomía de uno mismo, puedes ser más propenso. En el fútbol hay que saber convivir con estas cosas, no pensar ni darle muchas más vueltas.
La lesión del cruzado fue precisamente contra el Real Madrid. ¿Cómo la recuerda?
En una carrera con Cristiano Ronaldo íbamos en paralelo, él dio un taconazo hacia el medio, yo quise girar con la pierna de apoyo y no me aguantó. Se me fue la rodilla y rompí el cruzado. Yo, en aquel momento, no tenía ni idea de la repercusión que tenía esa lesión tan grave. Una vez que hice las pruebas me dijeron el tiempo de baja y lloré mucho. Tengo que reconocer que quedé muy contento de como se comportó conmigo tanto el Real Madrid como Cristiano, Mourinho, Valdano… También me llamó Gustavo López, jugadores de otros equipos y entrenadores. Me apoyaron mucho, al igual que toda la familia del Celta, y para mí fue un chute de fuerza increíble.
El Real Madrid tampoco le trae muy buenos recuerdos por los resultados cosechados. ¿Es el rival que peor se le da al Celta?
Seguramente. Al Barcelona le hemos ganado varias veces, haciendo un juego espectacular, pero el Real Madrid nos ha costado. Es un equipo que te deja dominar y a veces parece que estás siendo superior a ellos. Sin embargo, en cuanto el Real Madrid llega a tres cuartos, finaliza como un equipo grande como es.
¿Qué equipo era más fuerte: el Real Madrid de las Champions de Zidane o el Barcelona de Luis Enrique?
El Barcelona, con Neymar, Luis Suárez y Messi. Ese tridente hizo bastante daño a los equipos de la Liga. También es cierto que el Real Madrid le estuvo ahí a la par, peleándole los títulos. Los dos son grandísimos equipos y salen adelante en los momentos malos. Ahora el Barça está atravesando un momento raro, al que no están acostumbrados, pero seguro que van a salir adelante.
¿Por qué Hugo Mallo, tras 13 años como profesional, nunca ha ido a la Selección española?
Me hubiera gustado ir, sería un premio al trabajo, pero me cogieron años con jugadores muy buenos y es complicado. De hecho, tenemos a Iago Aspas que ha ganado cuatro veces el Zarra y por mala suerte tampoco está contando mucho.
Después de haber estado nominado al balón de oro del Mundial Sub-20 de 2011 parecía que su llegada a la Selección absoluta era cuestión de tiempo.
Aquel Mundial me salió muy bien, aunque obviamente no gané el balón de oro porque había grandísimos jugadores. Estaban Coutinho, Isco, Rodrigo, Canales, Casemiro, James Rodríguez, Murillo, Lamela… Al volver del Mundial entré en la dinámica de la Sub-21 y después me rompí el cruzado. Soné para alguna convocatoria de la Absoluta, incluso el club me decía que estaba cerca, pero no se dio.
¿Pensaba que con Luis Enrique iba a tener la oportunidad?
Sabía por como trabajaba Luis Enrique que nos iba a tener en cuenta a todos, ya juegues en el Celta o en Osasuna. No se guía por el nombre, ni por el equipo ni por el club, sino por el rendimiento. No obstante, el año que él entró en la selección aquí lo pasamos muy mal y casi descendemos. Cuando estás metido en el descenso es porque no estás bien, ni individual ni colectivamente.
Con más de 400 partidos profesionales en sus botas, ¿siente que fuera de lo que es el Celta pasa un poco desapercibido?
En el fútbol, memoria de pez. Es una frase que siempre nos decía Luis Enrique y tiene toda la razón. Todo pasa muy rápido. El día de mañana, cuando deje el fútbol, habrá gente que no se acordará ni de quien soy ni los partidos que jugué. Es ley de vida. Por ejemplo, estando de vacaciones en Ibiza, claro que hay gente que te reconoce, pero no es lo mismo que aquí.
¿Y dentro del mundo fútbol?
Es cierto que cuando viene algún fichaje y me preguntan quedan un poco sorprendidos por la cifra de partidos que llevo. Me dicen que aún soy joven… me pasa como a Muniain, que cumplió el otro día 500 partidos y tiene 30 años. Esto pasa rápido y hay que darle valor a lo conseguido.
¿Tiene la sensación de que se le percibe como el hermano pequeño de Aspas?
Puede ser, aunque yo no la tengo. Es un gran amigo, hacemos muchas cosas juntos y las familias se llevan muy bien. Nuestra relación es fantástica, lo eché de menos dos años cuando se fue.
El papel de ser el capitán, pero estar a la sombra de Aspas, ¿lo tiene interiorizado?
El tema mediático no me gusta, prefiero estar tranquilo y pasar desapercibido. No hay que ser muy listo para saber que Iago es la estrella. Todos sabemos que para nosotros es como Messi cuando estaba en el Barcelona. Nos da la vida. En los momentos malos tira del carro y su papel de liderazgo dentro del campo es brutal.
Él quiere ser director deportivo cuando cuelgue las botas, ¿y usted?
Quiere ser director deportivo y me quiere embarcar un poco. Yo le digo, que ahora mismo, lo veo muy lejos. Él conoce a todos los jugadores, de todos los equipos y de todas las ligas. Le puedes preguntar por un chino o por un japonés. Controla los años que les quedan de contrato… todo. Podría ayudar al club a crecer en ese sentido. En ese sentido, mi hijo se parece más a Iago que a mí, también conoce a todos los jugadores.
¿A qué se habría dedicado de no ser futbolista?
No lo sé. Soy un chaval de Marín y sería como amigos. Trabajaría de soldador o de lo que se me diera.
Un familiar de uno de sus amigos es uno de los desaparecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo durante el pasado invierno. ¿Cómo siente un chaval criado en Marín, al lado del mar, ese tipo de tragedias?
Mi padre también estuvo en la mar y yo tenía fotos de él con las olas más grandes que el barco. Increíbles. Siempre decía que eso era una locura, pero alguien tiene que hacerlo. Tienen un mérito increíble. Son gente trabajadora, muy honrada, que están lejos de su familia. A mí también me ha tocado estar lejos de mi padre. Hay que darles el valor que se merecen.
Ese origen humilde, ¿cómo ha marcado su carrera?
En el fútbol la gente piensa que todo es coser y cantar, pero no. Atraviesas tus dificultades, cuando no ganas y no juegas bien tienes presión. Hay que saber lidiar con ese tipo de cosas. Eso sí, la presión y la dificultad del trabajo del marinero es infinitamente mayor que la del futbolista. Intentas asociarlo a eso, compararlo, y llegas a la conclusión que lo nuestro no es nada comparado con lo de ellos. Eso te da fuerzas para tirar hacia adelante y seguir creciendo.
¿Cuánto le ilusiona el proyecto del Celta para esta temporada?
Es un año de muchos cambios, se habla de muchas cosas. Hay demasiado ruido alrededor del club y del equipo. Eso afecta a los jugadores, es normal. Hay que darle tiempo. Hay futbolistas muy jóvenes y hemos jugado pocos partidos de pretemporada para sacar conclusiones a mayores. Además, algunos fichajes han llegado con la Liga casi empezada y vendrá alguno más. Eso lleva un tiempo. Tenemos que hacer esa piña, ese grupo, saber los conceptos que quiere el míster. Hay que tener tranquilidad.
Pasan los años y el primer título del club se sigue resistiendo. ¿Los futbolistas de la casa cómo lo llevan?
Sinceramente, da pena. Sabemos en la Liga en la que estamos y los equipos que hay, cinco o seis de ellos muy superiores a nosotros en plantilla y económicamente. Es muy complicado. Ahora en la Copa hay más opciones y es una competición a la que tenemos que apuntar, si realmente queremos conseguir algo.
Los fichajes llegan a Vigo apuntando a Europa…
Me gusta esa ambición, pero hay que ser realistas. Las veces que hemos hablado de ir a Europa, acabamos peleando por no descender.