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ATLÉTICO DE MADRID

Nahuel Molina, el decimoquinto argentino de la era Simeone

El lateral diestro procedente de Udinese llega siendo el fichaje más caro del club durante este mercado de traspasos y como referencia en el lateral derecho.

Nahuel Molina, en el Metropolitano.
Nahuel Molina, en el Metropolitano.

Tras la oficialización del fichaje de Nahuel Molina, cerrado a cambio de 15 millones y Nehuén Pérez, son ya quince los jugadores argentinos que han llegado a la disciplina rojiblanca de la mano del Cholo, aunque muchos de ellos no rindieron al nivel que se esperaba y, de hecho, algunos ni siquiera llegaron a debutar. A pesar de ello, tal ha sido la influencia del técnico de San Nicolás durante estas últimas once campañas, que la entidad colchonera ha desembolsado más de 126 millones de euros en paisanos suyos.

El primer argentino que trajo Simeone fue Cata Díaz, que llegó procedente del Getafe y jugó 22 partidos con la elástica del Atleti, saliendo libre a Boca Juniors tan solo un año después. Esa misma temporada llegó Emiliano Insúa para reforzar el lateral izquierdo, y a pesar de que se tenía grandes esperanzas en su rendimiento, ya que había pasado antes por equipos como Sporting y Liverpool, no consiguió dar el nivel suficiente para competirle el puesto a Filipe Luis. Al término de la siguiente temporada, se marchó a Alemania con tan solo un puñado de titularidades.

En la 13-14 llegó Demichelis para cubrir las salidas de Cata Díaz y Álvaro Domínguez, pero sorprendentemente no llegó a debutar como rojiblanco, pues fue adquirido por el Manchester City a mes y medio de llegar gratis del Málaga. Sin ir más lejos, Nicolás Ibáñez tampoco llegó a debutar en partido oficial con el Atlético, y es que, después de llegar del San Luis por menos de un millón de euros, fue enviado de nuevo al conjunto mexicano durante dos temporadas consecutivas. Cuando cumplió su cesión, el club colchonero y optó por venderlo. Curiosamente, Nehuén Pérez, jugador incluido en la operación de Nahuel, tampoco llegó a vestirse de rojiblanco en partido oficial, al igual que Berterame, primer “fichaje” del equipo este año.

Simeone y los jugadores argentinos: un sinfín de negocios infructuosos

Esa misma campaña llegó cedido José Sosa del Metalist ucraniano en una operación extraña que no benefició a nadie. El argentino solo logró finalizar un par de partidos completos, más o menos como le ocurrió a Ansaldi, también llegado cedido, que no pudo competirle el puesto a Siqueira, volviendo al Zenit con tan solo diez titularidades con Simeone. Axel Werner tampoco logró completar el paso que deseaba por el Atleti: en cuatro temporadas, tan solo disfrutó de tres titularidades en su único año en Madrid; el resto los pasó cedidos en Boca Juniors, Málaga, Huesca y San Luis antes de quedar libre.

Durante la 15-16, llegaron Augusto Fernández y Kranevitter. El primero de ellos pasó un discreto año de debut, pero poco después de comenzar el siguiente, cayo lesionado del cruzado durante casi un año y desde ese momento, su futuro en el Atlético se vio truncado, por lo que partió poco después a la liga marroquí, pasando por el Cádiz en esta pasada 21-22, justo antes de retirarse. El segundo no obtuvo casi nada de protagonismo y al año siguiente se marchó al Sevilla, donde tampoco lució.

Ese año también llegó Vietto a cambio de 20 millones tras un sobresaliente paso por el Villarreal, siendo además una petición del Cholo, pues coincidió con él en Racing, precisamente donde le hizo debutar como profesional. Sus números fueron muy escasos: solo dos goles en 28 partidos. Por esa razón, el de Balnearía salió cedido a Sevilla, Valencia y Fulham, y acto seguido fue vendido al Sporting de Lisboa. Otro de los grandes fracasos argentinos del Atleti fue Nicolás Gaitán. El atacante llegó procedente del Benfica por 25 millones y año y medio después se marchó al Dalian Yifang chino, junto a Carrasco, por algo más de 5 millones.

De Paul y Correa, los únicos argentinos ‘rentables’ del Cholo

Aun así, no todo han sido decepciones. A principios de 2015 llegó Ángel Correa, un talentoso mediapunta de tan solo 21 años, que tenía la tarea de complementar un ataque comandado por Griezmann y Mandzukic. Hoy, siete temporadas y 329 partidos después, ha logrado 59 goles y 53 asistencias, siendo, sin ninguna duda el mejor jugador argentino de la era Simeone. De Paul, por su parte, no ha cuajado su mejor temporada, de hecho, ha cosechado sus peores números de las últimas cinco campañas e incluso algunos medios italianos han augurado su regreso a la Serie A, aunque, a pesar de ello, no cabe duda de que es un centrocampista de garantías para Simeone. Puede que la historia apunte en contra de Nahuel, dado el rendimiento de los últimos argentinos en el Atleti, pero habrá que esperar para ver si el lateral se suma al selecto club de los ‘rentables’ o a la gran mayoría de infructuosos.