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SEVILLA

Monchi-Emery: el binomio mágico de Snoopy y los 100 millones

Por ese dinero, el ya exdirector deportivo del Sevilla fichó 29 jugadores que dieron tres Europa Leagues consecutivas junto al técnico vasco. Y el doble en plusvalías.

Actualizado a
Monchi y Unai Emery

“Algún día nos vamos a morir, Snoopy”, le dice Charlie Brown a su entrañable mascota mientras contemplan un bello atardecer. “Sí, Charlie. Pero los otros días, no”, responde el perro. En plena celebración de la Quinta Europa League, tercera consecutiva con Unai Emery en el banquillo de Nervión, la viñeta de Schulz sirvió al técnico vasco como herramienta de optimismo para un futuro que parecía sólo podía ir a peor... Y así fue: días después de aquel discurso, los millones y el glamour del París Saint-Germain acababan abruptamente con los días de vino y rosas de Unai en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

La relación de exigencia mutua, con muchos roces, que el de Hondarribia y Monchi mantuvieron en Nervión trajo no sólo tres títulos relativamente baratos, sino también unas importantes plusvalías para las arcas del Sevilla. Dos tipos extremadamente inconformistas, trabajadores y apasionados, se unieron para el éxtasis y el éxito total. Emery había llegado como apagafuegos de una campaña complicadísima, la 12-13, y ya en el verano de 2013 comenzó a planificar junto al gaditano una auténtica revolución.

Durante esa ventana de mercado y en las cinco siguientes llegaron al Sevilla tres decenas de futbolistas que costaron unos 100 millones de euros. Muchos de ellos dejaron un gran rendimiento y/o dinero posterior, como Bacca, Gameiro, Iborra, Vitolo, Beto, Carriço, Mbia, Krychowiak, Aleix Vidal, Pareja, Kolodziejczak, Banega, Escudero, Nzonzi, Rami... También hubo pifias (Konoplyanka, Kakuta, Marko Marin, Rusescu...) pero menores, operaciones en las que se producieron pérdidas. Pero así y todo salió goleando el Sevilla: temporadas después, el balance a favor de aquellos fichajes era casi el doble de lo que habían costado: 190 millones.

Ya en 2019, justo antes de que Monchi regresara a Nervión después de dos años de exilio en la Roma, Emery estuvo a punto de rescatar aquel binomio para el Arsenal. Tras una notable primera campaña en el Emirates, el entrenador vasco trataba de sacar a flote a unos gunners que necesitaban un toque más de profesionalidad, el que le podía dar el gaditano. En el último instante, con todo acordado, el corazón pudo más y Monchi prefirió regresar al Sánchez-Pizjuán. Cuatro años después, el destino: la reunión se ha consumado. Otra vez la Premier, el Aston Villa, vuelve a juntar a un guipuzcoano y uno de San Fernando en busca de la gloria. Aguarda ilusionada la afición de un club, el de Birmingham, que aparte de aquella testimonial Intertoto que levantó en 2001 no toca plata desde 1996, cuando ganó la Copa de la Liga.