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REAL VALLADOLID

Mejores números, peor eficiencia

El Real Valladolid tuvo más balón y disparó más que el Villarreal, pero le faltó acierto ante un rival muy trabajado.

Actualizado a
Mejores números, peor eficiencia
Photogenic/Diario AS

El abultado 0-3 con el que el Real Valladolid se estrenó ante el Villarreal echó por traste una actuación que, sin la dureza de dicho resultado, podría ser valorada con mejores ojos. Con unos buenos lo hizo Pacheta, con su habitual optimismo, cuando destacó las ocasiones generadas, que las hubo. No en vano, la tarjeta de estadísticas deja mejores números por parte de los blanquivioletas, aunque la peor eficiencia fue notoria y, a la postre, decisiva.

Así, el cuadro pucelano disparó más veces que el castellonense: seis a puerta, cinco fuera y uno bloqueado por la zaga, frente a los diez disparos totalizados por su rival. En esta línea, Gero Rulli, a quien SofaScore otorga la mejor nota del partido, realizó seis paradas, frente a solo una hecha por Sergio Asenjo, pero, no conformes con esto, cabría destacar la oportunidad clara marrada por Sekou Gassama con todo de cara.

Del mismo modo, el conjunto de Pacheta tuvo más posesión (51,8%) y más acierto con balón, aunque con él fuera timorato, como reconocería después el propio técnico. El “miedo a fallar” que percibió el entrenador no evitó completar 434 de las entregas intentadas, alcanzando un 83% de acierto, frente a los 413 pases buenos de los de Emery, que se quedaron en un 78%. Sin embargo, el Villarreal fue más atrevido.

No en vano, los amarillos tocaron más el esférico en el área rival y cerca de ella que los blanquivioletas, que, además, regatearon menos, en calidad y cantidad. Esto acrecentó la sensación de menor peligro dejada por el Pucela, a quien le faltó capacidad percutora por fuera, merced a las ayudas defensivas que realizaban los visitantes a los laterales, por parte de centrales, mediocentros y extremos.

Con todo, resultó decisiva una cuestión que no debería sorprender: la mayor calidad en las acciones. Si bien Nicolas Jackson y Álex Baena, los goleadores, son dos jóvenes prospectos, la sensación reinante al final del encuentro fue que el talento del Villarreal se impuso hasta el punto de cerrar el marcador con una ventaja más amplia quizás de la merecida, pero definitoria, a su vez, de las exigencias de Primera.