El sueño en vida de Mbappé
Presentación histórica con más de 75.000 espectadores y Zidane. “Gracias por hacer un esfuerzo que muchos ni se imaginan”, dice Florentino. “Voy a dar la vida”, responde Kylian, que besa el escudo.
Todo llega. Hasta este día. Hasta esta firma. Hasta esta crónica. Mbappé y el Real Madrid, un fichaje que ha llevado siete años. Un sueño que ha llevado 25 años, los que ya atesora aquel pequeño de Bondy que llenaba su habitación de pósters madridistas. Nacido en 1998, mientras Zidane daba un Mundial a Francia. De ídolo a ídolo. De Galáctico a Galáctico. Ese “canijo introvertido, pero con magia”, tras un camino más empedrado que de Baldosas Amarillas, ha acabado en Chamartín. Porque mientras todos los caminos llevan a Roma, el suyo llevaba al Real Madrid. Siempre lo hizo, siempre se supo. Y un 16 de julio de 2024, fue presentado. Vivió un sueño. El suyo. Y el de tantos.
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El acto empezó con una ligera demora (hasta las 12:21h no dio el pistoletazo), pero la previa se calentó sola. Mientras algo más de 75.000 espectadores llenaban el estadio, las pantallas iban emitiendo cada paso que daba Kylian. Ovación al firmar, al darse el apretón de manos con el presidente. Pero, sobre todo, al verle por primera vez con la camiseta enfundada en el vestuario. Ese 9 que ya tiene dueño. A las 12:21h salieron del túnel Florentino, Pirri (Presidente de Honor)... y la “leyenda” que se guardaba en secreto, Zidane, invitado. Se cayó el estadio. Y se emocionó Kylian.
¿Por qué Zidane es tan especial?
Rebobinen a 2012. Teniendo 13 años, Mbappé fue invitado por el Real Madrid para ir a Valdebebas y jugar un ‘partidillo’ a modo de prueba. Querían verle. Un acontecimiento mayúsculo... en el que Zidane ejerció de maestro de ceremonias. Porque fue quien les recibió en el aeropuerto, llevó hasta la Ciudad Deportiva y ayudó durante todo el proceso, volviéndose indispensable. De ese mismo día data la famosa foto de Kylian con Cristiano Ronaldo. Una imagen que tuvo un fotógrafo de lujo: Zizou. Desde entonces, los Mbappé lo consideran casi un padrino futbolístico. Y la relación entre las dos partes es muy cariñosa. “Lo admiro mucho”, llegó a decir Zinedine, en rueda de prensa, siendo entrenador del Madrid. Estar el día de su presentación es una forma de cerrar el círculo. Así recuerda aquel día el propio Mbappé.
“Justo antes de cumplir 14, me dieron una sorpresa increíble. Mi padre recibió una llamada de alguien del Real Madrid invitándome a España para un entrenamiento durante las vacaciones. Le habían dicho: ‘A Zidane le gustaría ver a tu hijo’. En ese momento, Zizou era el director deportivo. Por supuesto fui... y fue como estar en la luna. Estaba desesperado por ir, pero no era sencillo. Esa semana era mi cumpleaños y lo que no sabía es que mis padres estaban organizando todo con mi equipo de entonces para poder llevarme a Madrid como regalo. No se lo dijimos a nadie. Ni siquiera yo a mis amigos más cercanos, porque estaba demasiado nervioso. Si las cosas no iban bien, no quería volver al vecindario y decepcionarlos”, dijo en una entrevista con The Players Tribune.
“Zidane nos recibió en el parking. Iba en un coche... realmente bueno, por supuesto. Nos saludamos y se ofreció a llevarme al campo de entrenamiento. Me señaló el asiento delantero como diciendo, ‘vamos, entra’, pero yo me quedé helado y pregunté: ‘¿Me quito los zapatos?’ (ríe) ¡No sé por qué dije eso! ¡Era el coche de Zizou! Lo vio divertido y respondió: ‘¡Claro que no, vamos, entra!’. Me pasé todo el trayecto hasta el campo pensando, ‘estoy en el coche de Zizou, yo, Kylian, un chico de Bondy. Esto no es real, debo estar soñando’. A veces, incluso cuando realmente estás viviendo algo, te sientes como en un sueño. Aquello lo fue”, añadió.
“Gracias por un esfuerzo que muchos ni se imaginan”
“Hace 12 años invitaste a un pequeño a la Ciudad Deportiva y es por eso que hoy, debías estar aquí, Zidane”, dijo Florentino. Y pronunció su ya icónica frase: “Hoy damos la bienvenida... a Kylian Mbappé”. El estadio en pie, en vilo, en un silencio atronador que duró segundos, pero se hizo como horas. Lo que tardó Mbappé en subir la escalera del túnel de vestuarios, vestido de blanco y 9 a la espalda y llegar hasta el césped. “¡Mbappé, Mbappé!”, gritó el Bernabéu. Enloquecido durante su camino hasta el escenario. Allí, saludo a Pirri, abrazo muy sentido a Florentino y apretón de manos cariñoso con Zidane. El Bernabéu, emocionado. Se respiraba algo especial. Único.
“Querido Kylian, ya estás aquí, enhorabuena. Sé muy bien la emoción que sientes, porque de niño vi cómo te brillaban los ojos cuando mirabas a tus ídolos. Porque sé lo que supone este club para tu corazón. Esta afición hoy te acoge y estará contigo hasta el final. Has conseguido tu sueño porque no te has rendido nunca y estás aquí, porque has querido. Sólo tu fuerza de voluntad ha hecho esto posible. Gracias por hacer un esfuerzo que muchos ni se imaginan. Ya vistes esta camiseta, la de las 15 Copas de Europa, la del club que no se rinde nunca. Bienvenido a tu casa, bienvenido al Real Madrid”, culminó Florentino.
Beso al escudo
“Buenos días”, esboza. Y se cae el Bernabéu. “Voy a intentarlo en español. He soñado muchas noches con esto... y hoy se hace realidad. Soy muy feliz”, añadió. “Gracias al presidente y a todos los que han trabajado para que esté aquí. Sé que ha sido difícil, pero soy jugador del Real Madrid. Veo feliz a mi familia...” y le cortaron. Porque en el Bernabéu se formó una ola imparable: “¡Qué bese el escudo! ¡Qué bese el escudo!”. Apenas tardó un segundo: lo agarró y besó con cariño. Ovación atronadora, probablemente la mayor de toda la mañana.
“Voy a dar la vida por este club”
“Ahora tengo un sueño, ganar con el Real Madrid. Y quiero decir que voy a dar la vida por este club y este escudo. Espero estar a la altura de la historia”, prosiguió. “Quiero decir a los niños que yo fui como vosotros, tenía un sueño y hoy lo hago realidad. Sólo tengo un consejo: pasión y soñar, eso te lleva a conseguir lo que quieras. Hoy estoy yo aquí, pero la próxima vez puede estar uno de vosotros”, amplió. “Estoy muy emocionado, la verdad, mucho. Me hace enormemente feliz estar en el club de mis sueños, el más grande de la historia del fútbol... no quiero hablar mucho más porque voy a llorar, pero sí hacer una cosa más: uno, dos, tres... ¡Hala Madrid!”. Terminó emulando a Cristiano Ronaldo.
Y fotografiándose con las 15 Champions que atesora el club. Ese de su vida, de sus sueños. El que ahora luce en su corazón. Con la historia que tú hiciste, teniendo en mente la historia por hacer. Llega Mbappé y se abre una era en el Real Madrid. La suya. Ese pequeño de Bondy, aquel al que Zidane invitó con 13 años para verlo en Valdebebas, ya es un Galáctico en Chamartín. Ha cumplido su sueño, lo ha hecho realidad. Un 16 de julio de 2024, Kylian se enfundó la camiseta del Real Madrid en el Bernabéu, besó el escudo y puso en pie a la que va a ser su gente. Su familia. Chamartín tiene nuevo ídolo. Con todos ustedes y tras siete años de espera, Kylian Mbappé. Ya de blanco. Ya en casa.